El hombre aparentaba estar nervioso y desesperado. Pedía el dinero y el celular, que Verónica y su novio Leonardo llevaban. El desconocido se metía la mano en uno de los bolsillos de su chompa, como si allí tuviera un arma. Eran las 03:00 y la pareja se disponía a tomar un taxi fuera de un bar, en el centro norte de Quito. De repente, en cuestión de segundos, el hombre se acercó a Verónica e intentó quitarle la cartera, aunque no lo consiguió. Leonardo paró un taxi y los dos lograron escapar del lugar.En el país, durante el 2010, la Policía Judicial registró 15 982 denuncias por robo y asalto a personas, mientras que en el 2009 fueron 14 221. El incremento de casos se refleja también en Pichincha. En el 2009 hubo 4 229 casos y para el siguiente año subió a 4 400, dice la Policía.
Según un estudio que el año pasado levantó el Observatorio de Seguridad Ciudadana del Municipio capitalino, las zonas de mayor riesgo por la presencia de lugares de diversión son Quitumbe, La Mariscal, Calderón, Eloy Alfaro y la zona norte.
Según Fabricio Caicedo, jefe de Seguridad Ciudadana de la Administración Zonal La Mariscal, los casos como los de Verónica son frecuentes en ese sector. Un poco antes de la medianoche, en las calles Wilson y 6 de Diciembre, en el centro norte de la capital, no hay nadie. Solo una luz tenue alumbra el lugar. Una hora después, la avenida Alonso de Angulo y la Michelena (en el sur) lucían igual. Hace siete meses, Tatiana también fue afectada. Una noche salió a una zona del norte de Quito, para despedir a su pareja que planeaba viajar al extranjero. Allí fue atacada. La joven amaneció en el cuarto de un hotel y cuando bajó a la recepción le dijeron que en la madrugada había ingresado con un hombre y que, al parecer, estaba en estado etílico. La recepcionista no dio más detalles. Un examen de sangre que se realizó luego reveló que había ingerido una sustancia química que hizo que perdiera la conciencia.
Tatiana no denunció el caso, pues temía que haya represalias.
Según el Observatorio, en cuatro sectores de Quito (Jipijapa, Batán Alto, Mariscal, La Michelena) se han presentado 621 asaltos contra personas en el 2010, es decir, 119 más que en el 2009.
El jefe de la Unidad de Delitos Contra la Propiedad, Silvio Dávila, considera que una de las principales razones por las que las personas están expuestas a estos delitos es el consumo excesivo de alcohol. Las bandas “se aprovechan del estado en el que salen algunas personas de estos centros de diversión”, señala.
Por eso, para Dávila es importante que quienes salen a los centros de diversión se midan en el consumo de bebidas alcohólicas. “Para que siempre estén alertas en todo momento por cualquier anormalidad que se presente”.
Hace dos semanas, William C. y tres amigos más salieron a bailar en el sur de Quito. Allí conocieron a unas jóvenes que los invitaron a salir hacia un hotel.
Las cuatro mujeres llamaron un taxi y los hombres subieron al auto. Pero la sorpresa fue que ellos se quedaron dormidos y despertaron a la mañana siguiente en el departamento de William C.
El cuarto estaba completamente vacío. Uno de los vecinos le dijo que en la madrugada llegó un camión pero que no vio más. De inmediato él y sus compañeros fueron a la Policía a poner la denuncia por el robo de sus pertenencias. Frente a casos como estos, Caicedo dice que el cuidado depende de cada persona. “Deben estar pendientes también de su seguridad e integridad”.
Y añade que “los delincuentes están alertas todo el tiempo para robar o asaltar a la gente (en las afueras de los centros de diversión). Esperan el mínimo descuido para aprovecharse y robar”.
Luego de lo sucedido, Verónica y su pareja procuran ahora llamar a cooperativas de taxis antes de salir de los centros de diversión. Aunque también piden seguridad en estos transportes.