Carlos M. (nombre protegido) y su esposa fueron asaltados apenas a 50 metros de la Unidad de Policía Comunitaria de Santo Domingo, en el centro de Quito. A las 22:30 acudieron a dejar algunas pertenencias en su local y en el Arco de la Reina fueron abordados por dos hombres.
Los desconocidos les amenazaron con un cuchillo de unos 20 cm y les quitaron USD 4. Mientras los delincuentes buscaban en los bolsillos, Carlos recuerda que uno de ellos lo reconoció y pidió a su compañero que lo dejara.
El agredido confiesa que en ese momento se sintieron completamente indefensos y desprotegidos. “No apareció ningún patrullero ni policías y la puerta de la UPC estaba cerrada. Es como si no existiera, ya que a veces incluso los policías se ven atemorizados”.En este sector los asaltos son frecuentes. Los vecinos dicen que el número de policías asignado a este sector es suficiente. En la UPC de Santo Domingo están asignados solo cinco uniformados. Estos son repartidos en dos grupos: tres hacen guardia durante 24 horas seguidas y dos salen francos. De los tres que están de turno, dos patrullan el sector y el tercero se queda en la UPC.
El coronel Edmundo Moncayo, jefe del Comando de Policía del Distrito Metropolitano de Quito, dice que en la capital operan 4 000 gendarmes, pero reconoce que es insuficiente. “La idea es que cada UPC de las 247 subzonas tenga unos ocho policías”.
El Gobierno considera que una de las salidas para mejorar la seguridad ciudadana es cubrir el déficit de personal policial, a través de una reestructuración administrativa. Para esto, el 17 de enero el presidente Rafael Correa firmó el Decreto 632.
El viceministro de Interior, Esteban Rubio, dice que el objetivo de esta reforma “es que los policías de línea (administrativos) salgan al servicio operativo (a la calle)”.
Según el decreto, esto debía concretarse hasta el pasado domingo. Pero todavía no ocurre.
Un informe del Ministerio del Interior señala que entre los administrativos están 3 897 policías en el país. Rubio dice que de ese total “1 637 obligatoriamente deben mantenerse en sus puestos (administrativos), porque, por ejemplo, se trata de comandantes provinciales, analistas de inteligencia o de antinarcóticos”.
Los 2 350 restantes aún no se integran a actividades como patrullajes y operativos antidelincuenciales. Pero esta transferencia sufre un retraso, con relación a los plazos que se establecieron en el decreto. Aún así, Rubio señala que “el proceso es inmediato”.
Hasta tanto, en La Loma piden más policías. Por ejemplo, la dueña de una tienda contó que un hombre en tono amenazante le exigió que le vendiera una cerveza, pese a que los domingos es prohibido. La mujer llamó a la Policía, pero solo se acercaron dos agentes, quienes no lograron controlar al desconocido. Por eso, la tendera tuvo que defenderse por su cuenta con un bate de madera.
Pese al pedido de la gente, hay voces que dicen que los policías administrativos no están preparados para incorporarse de inmediato a los operativos.
El experto en seguridad, Ricardo Camacho dice que estos gendarmes necesitan capacitación de unos tres meses para actualizar conocimientos y estrategias.
Esteban Rubio asegura que un policía está “suficientemente formado” para regresar a las calles. “Ellos fueron formados para eso y por más que hayan estado en cosas administrativas no quiere decir que se hayan olvidado”.
Pese a ello reconoce que la Dirección de Personal deberá organizar cursos de “refrescamiento de conocimientos” de cinco a ocho días. Una cosa similar se hizo hace dos años, cuando un grupo de policías recibió ocho días de capacitación tras ser reemplazado por personal civil. En este proceso de reentrenamiento tendrán que actualizarse en el manejo de armas, recordar normas legales actuales y procedimientos. “Siempre el cambio será un impacto y necesitará adaptarse. Por eso también requerirán charlas psicológicas para que asimilen el traspaso”, dice Moncayo.
El oficial defiende el trabajo operativo de los uniformados que hoy son administrativos. Dice que pese a estar en estos puestos, por ejemplo en Quito, los fines de semana controlan los partidos de fútbol, espectáculos y están en operativos antidelincuenciales.
En la capital, unos 500 administrativos de las direcciones de Personal, Operaciones, Bienestar Social, Comunicación y otros se integran a estos trabajos.
Carlos M. insiste que, aparte de una mayor vigilancia, hace falta que los policías se involucren más con la seguridad de la comunidad y estén pendientes de cómo mejorar la tranquilidad de la gente.
En ese sentido, Moncayo señala que una estrategia es fortalecer el concepto de una Policía comunitaria, como se intenta hacer con 1 200 uniformados del Distrito Metropolitano de Quito, a través de cursos en cinco semanas.
El personal civil
El Decreto 632, en su transitoria primera, también establece que “todo el personal civil pasará al Ministerio del Interior, el mismo que podrá evaluar y seleccionar al personal necesario para el cumplimiento de las nuevas funciones que asume”.
Se calcula son 5 000 a escala nacional. 750 de ellos entraron en octubre del 2009, mediante un concurso de méritos. Por ejemplo, en el Departamento de Planificación de Proyectos de la Comandancia de la Policía, 17 de los 28 empleados son civiles. Su transferencia tampoco se concreta. Carmen R. empleada civil, cuenta que todavía recibió el rol de pagos desde la Comandancia y no del Ministerio de Interior. Dice que ella y sus compañeros están a la espera de disposiciones.