Un pena de 35 años de reclusión mayor recibió Camilo L., juzgado por el asesinato de su esposa Gabriela D., de 28 años y de su hija Luciana, de cinco.
El Tercer Tribunal de lo Penal de la Corte del Guayas notificó ayer a las partes con la sentencia, según confirmó hoy un familiar.
En una audiencia el pasado 22 de diciembre, el Tribunal ya se pronunció declarando culpable al esposo y padre de las víctimas por el crimen ocurrido el 8 de marzo del 2011. Sin embargo, la notificación de la pena quedó pendiente.
El crimen se registró en la vivienda de la pareja, en una ciudadela del norte de Guayaquil.
La defensa del sentenciado había esgrimido demencia para evitar que se aplique la penal de reclusión. Por el contrario, la defensa de la familia de las víctimas había solicitado la máxima pena por el delito de asesinato con agravantes.
Según el Código Penal ecuatoriano, las personas que padecen de trastornos psiquiátricos no son inimputables. No obstante, el Tribunal consideró que no había evidencias suficientes de tal demencia.
La mañana en que ocurrió el crimen, un familiar de Gabriela llegó a la vivienda y halló su cuerpo con un corte en el cuello. A su lado yacía la pequeña Luciana, con signos de haber sido asfixiada.
Según la versión que dio el familiar a la Fiscalía, encontró a Camilo L. cerca de los cuerpos, en silencio. “Se hizo justicia, aunque no podemos sentirnos alegres”, dijo hoy Yuri D., hermano y tío de las víctimas.
La familia anunció que ofrecerá una misa de réquiem el próximo 8 de marzo, al cumplirse un año de las muertes.