A las 09:00 del martes, el teléfono de la oficina del director de Inteligencia de la Policía, coronel Fabián Solano, timbró. Allí se instaló el centro de llamadas para los familiares de las personas que hayan viajado a EE.UU. y a otros países y no se hayan reportado.
La policía Karla Hidalgo contestó la llamada. Se trataba de Luis A. (nombre protegido), quien estaba preocupado porque desconocía el paradero de su hermana.
Ella viajó hace un año a México para contactarse con un hombre al que conoció por Internet e iba, supuestamente, a casarse con él.
Luis dijo que ella vive en ese país. Hace tres semanas, la hermana pidió a sus familiares que le enviaran dinero para regresar, pues su visa caducaría a finales de agosto. Pero tras enviarle lo que solicitó, desconocen su paradero.
Este es uno de los casos que registró el centro de recepción de llamadas, creado por el Gobierno el lunes pasado, para atender las inquietudes de las personas que intentaron viajar indocumentadas y han desaparecido.
En cuatro días se han registrado 12 casos. Las llamadas fueron realizadas desde Guayaquil, Lago Agrio, Quito y el Austro.Dos analistas (personas encargadas de receptar las llamadas) son las encargadas de charlar con la gente. Según el coronel Solano, las profesionales son especializadas en manejar situaciones adversas de personas desesperadas o que pasan momentos de crisis.
En el centro funcionan dos computadoras sobre un escritorio de color negro. Además, utilizan un teléfono con identificador de llamadas para luego comprobar las ciudades de las cuales se comunican los denunciantes.
Hidalgo calmó a Luis A. y le pidió información de su caso.
“Registramos lo que ellos nos pueden facilitar. Desde los lugares en los que se encuentran (sus parientes) y los sitios de donde partieron, hasta las personas que les ayudaron a salir del país o que hicieron el contacto para viajar”.
Además, les solicitan el número de vuelo en el que viajaron, el nombre de la compañía aérea, el nombre del denunciante, la fecha de salida del emigrante, entre otros. Esa información pasa a una base de datos computarizada para iniciar las investigaciones.
Para encontrar a los emigrantes desaparecidos, la Dirección Nacional de Inteligencia coordina acciones con la Policía Judicial, la Secretaría Nacional del Migrante (Senami), el ‘call center’ de Cuenca y la Fiscalía General.
Alfredo Alvear, fiscal Subrogante, dijo que el Ministerio Público intercambia información con sus similares de otros países a través de un convenio de asistencia jurídica recíproca. En el caso de los emigrantes desaparecidos en México, coordinan acciones con la Fiscalía de esa nación para profundizar en las investigaciones.
A escala nacional, el primer paso de las investigaciones es acudir a los sitios de origen de los viajeros, incluso a las zonas rurales.
Según Alvear, allí operan las personas que se dedican a convencer a los emigrantes.
La Unidad de Trata y Tráfico Ilegal de Personas señala que las redes de tráfico ilegal de personas funcionan como una red en las que están individuos que captan emigrantes para viajar y a quienes prestan el dinero.
A su juicio, el tráfico de personas funciona como una ‘empresa delictiva’ en la que operan ecuatorianos y extranjeros. “La gente de aquí trabaja con ecuatorianos. Los extranjeros ven al Ecuador como sitio de paso de otras personas que quieren emigrar”.
Por ello, la información proporcionada por los denunciantes es el primer paso para iniciar las investigaciones. Ellos son protegidas por el programa de Víctimas y Testigos de la Fiscalía.
Al principio, las personas interesadas en denunciar sus casos se contactaron con el número 02 240 3088, pero a partir de ayer funciona el 1-800 Migrantes Desaparecidos (644 726). En las instalaciones de la Dirección Nacional de Inteligencia, en el norte de Quito, opera el centro de llamadas las 24 horas del día.
Esta dependencia está a cargo de la Unidad de Trata y Tráfico Ilegal de Personas.
La oficina de Solano fue adaptada para que funcionara este servicio, pero ahora cuenta con su propia sede en las instalaciones de la Dirección de Inteligencia.
Luis A. se despidió. Hidalgo le dijo que cuando tuviera información sobre su hermana le informará. Él asintió en espera de una urgente respuesta.