La exjueza llegó a las 08:00 e ingresó a la sala de audiencia. En la foto, a la derecha con vestido rojo la exjueza Lorena Collantes en la Unidad Judicial Penal de Guayaquil. Foto: API
15 minutos antes de que se iniciara la audiencia de llamamiento a juicio en su contra arribó la exjueza Lorena Collantes, a la Unidad Judicial Penal anexa al centro comercial Albán Borja, en norte de Guayaquil.
La exjueza llegó acompañada de su madre, la jueza Venus Loor, en un automóvil y a las 08:00 ingresó a la sala de audiencia. Usaba gafas y un vestido con falda anaranjada. Al ingresar solo dijo que la justicia se encargará de dicidir su situación. “Con la (justicia) de Dios todo saldrá bien”.
Una hora y media después, la exjueza de 30 años se salió de la diligencia acompañada de su madre quien dijo que a su hija “se le había bajado la presión y que le dolía la cabeza”. Luego las dos abandonaron la Unidad Judicial sin ser vistas por los periodistas que acudieron al lugar.
Alrededor de las 11:00, el fiscal Patricio Pineda confirmó que la exjueza había sido llamada a juicio por el delito de ataque y resistencia contra las policías que la detuvieron el pasado 17 de noviembre tras haber protagonizado un escándalo en los exteriores de un restaurante exclusivo de Urdesa.
Pineda sostuvo que Collantes podría afrontar una pena de dos meses a seis años de prisión de conformidad a lo tipificado en el artículo 283 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).
Luis Abarca, abogado de la exjueza, se mostró inconforme con el llamamiento a juicio de su defendida. Dijo que en ningún momento Collantes agredió a los policías sino que “estaba mareada y debío ser atendida de otra manera por los uniformados”.
La exmagistrada se defiende en libertad porque en la audiencia de formulación de cargos establecieron que no recibiera orden de prisión preventiva, sino medidas como la prohibición de salida del país y presentarse el primer día de cada mes ante el fiscal que lleve la causa.