El 26 de enero de 1995, Ecuador y Perú iniciaron la Guerra del Cenepa, un conflicto armado en la Cordillera del Cóndor que culminó el 28 de febrero de ese año. Treinta años después, este episodio es recordado como una muestra de las tensiones históricas en la región y como un llamado a mantener la paz alcanzada tras el acuerdo de 1998.
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La guerra del Cenepa entre Ecuador y Perú
La Guerra del Cenepa, también conocida como el Conflicto del Alto Cenepa, tuvo su origen en las disputas fronterizas entre Ecuador y Perú que databan del siglo XIX. A pesar de la firma del Protocolo de Río de Janeiro en 1942, varios tramos fronterizos permanecieron sin demarcar, lo que alimentó la desconfianza entre ambos países.
En 1981, el enfrentamiento conocido como la Guerra de Paquisha evidenció que las tensiones seguían latentes. Sin embargo, sería en 1995 cuando estas alcanzaron su punto más crítico. La región del río Cenepa, ubicada en la Cordillera del Cóndor, se convirtió en el escenario de un conflicto armado tras la decisión de las fuerzas ecuatorianas de desalojar a una unidad peruana que construía un helipuerto en la zona conocida como Base Norte.
Desarrollo de la confrontación militar
El conflicto del Cenepa se caracterizó por la intensidad de los combates y la complejidad del terreno selvático. Las fuerzas ecuatorianas, organizadas en brigadas altamente móviles, enfrentaron ataques terrestres y aéreos de las tropas peruanas. Las operaciones militares se concentraron en puntos estratégicos como Tiwintza, Base Sur y Cueva de los Tayos.
Ecuador desplegó una estrategia basada en el desgaste de las tropas peruanas mediante ataques coordinados y tácticas de guerrilla, aprovechando su conocimiento del terreno. Por su parte, las fuerzas peruanas enfrentaron dificultades logísticas que complicaron sus operaciones en la zona.

A lo largo del conflicto, ambos bandos sufrieron bajas significativas. Ecuador perdió 33 soldados y al menos 70 resultaron heridos. Por su parte, Perú también enfrentó pérdidas importantes debido a la resistencia ecuatoriana y a las difíciles condiciones geográficas (el dato oficial es 60 muertos sin registro de heridos).
Intervención internacional y la paz de Itamaraty
La guerra atrajo la atención de la comunidad internacional, especialmente de los países garantes del Protocolo de Río de Janeiro: Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos. Estas naciones desempeñaron un papel crucial al mediar entre Ecuador y Perú para alcanzar un cese al fuego.
El 17 de febrero de 1995, se firmó la Declaración de Paz de Itamaraty en Brasil, lo que puso fin a las hostilidades. Este acuerdo marcó un primer paso hacia la resolución del conflicto, que culminaría con la firma del Acta de Brasilia en 1998. Dicho tratado permitió la demarcación definitiva de la frontera, estableciendo una paz duradera entre ambos países.
El legado de la Guerra del Cenepa
A tres décadas del inicio de la Guerra del Cenepa, este conflicto continúa siendo un tema de análisis en Ecuador y Perú. Para los excombatientes, la experiencia dejó una marca imborrable, con sentimientos encontrados de orgullo y dolor. Muchos de ellos recuerdan este episodio como un acto de defensa de la soberanía nacional, mientras que otros enfrentan las secuelas emocionales de la guerra.
El conflicto también dejó un impacto significativo en la memoria colectiva de ambos países. En Ecuador, la Guerra del Cenepa reforzó un sentido de unidad y orgullo nacional, mientras que en Perú se convirtió en un recordatorio de la importancia de la diplomacia para resolver disputas territoriales.
Lecciones aprendidas y desafíos actuales
En retrospectiva, la Guerra del Cenepa es vista como una lección sobre las consecuencias de las tensiones no resueltas y la necesidad de fortalecer los mecanismos de diálogo y cooperación internacional. La paz alcanzada tras el acuerdo de 1998 ha permitido a Ecuador y Perú desarrollar una relación más constructiva, basada en el respeto mutuo y la colaboración.
Sin embargo, este aniversario 30 también invita a reflexionar sobre los desafíos actuales de la región, donde las tensiones políticas y los problemas sociales aún representan un riesgo para la estabilidad. Es fundamental que ambos países sigan trabajando en iniciativas conjuntas que promuevan el desarrollo y refuercen los lazos bilaterales.
La Guerra del Cenepa no solo es un capítulo de la historia militar de Ecuador y Perú, sino también un recordatorio de que el entendimiento y la cooperación son fundamentales para evitar futuros conflictos.
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