Santos: cese de bombardeos a FARC no es alto el fuego disfrazado

Fotografía cedida por la Presidencia de Colombia del mandatario Juan Manuel Santos (d), mientras realizaba un sobrevuelo el miércoles 11 de marzo de 2015, por la zona afectada por un sismo en el departamento de Santander (Colombia). Foto: EFE

Fotografía cedida por la Presidencia de Colombia del mandatario Juan Manuel Santos (d), mientras realizaba un sobrevuelo el miércoles 11 de marzo de 2015, por la zona afectada por un sismo en el departamento de Santander (Colombia). Foto: EFE

Fotografía cedida por la Presidencia de Colombia del mandatario Juan Manuel Santos (d), mientras realizaba un sobrevuelo el miércoles 11 de marzo de 2015, por la zona afectada por un sismo en el departamento de Santander (Colombia). Foto: EFE

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reiteró hoy que la suspensión temporal de bombardeos contra los campamentos de las FARC que ordenó el pasado martes no implica un "cese el fuego disfrazado" ni ha desmoralizado a los integrantes de las Fuerzas Armadas.

En una entrevista con el diario El Espectador, Santos señaló que tras 30 días sin bombardeos evaluará la medida "en función del progreso frente a los gestos de confianza y desescalamiento", lo que incluye el cumplimiento del cese unilateral e indefinido del fuego que decretaron las FARC el pasado 20 de diciembre.

El pasado martes, el mandatario explicó en una alocución al país que "para impulsar el desescalamiento del conflicto" dio orden "al ministro de Defensa y a los comandantes de las Fuerzas de cesar los bombardeos sobre los campamentos de las FARC durante un mes".

Esta medida responde al alto el fuego unilateral e indefinido que esa guerrilla mantiene desde el pasado 20 de diciembre y cuyo cumplimiento ha sido constatado por diferentes instituciones.

El mandatario subrayó en la entrevista concedida hoy, que los argumentos que apuntan a que la decisión de suspender los bombardeos supone, de facto, un cese el fuego son solo "cuentos de los enemigos del proceso" de paz.

En este sentido, dijo que la decisión llegó al considerar que "era el momento de hacer un gesto de esta naturaleza" tras más de dos años de negociaciones de paz entre el Gobierno y las FARC en La Habana.

"Lo que hay que entender es que si vamos a terminar la guerra, tenemos que ir dando pasos para terminarla", apostilló.

Santos quiso destacar los pasos que ha dado la guerrilla en esa dirección como el compromiso a renunciar a los secuestros extorsivos, cumplir con el cese el fuego unilateral, elevar la edad de reclutamiento de los 15 a los 17 años y comprometerse a "colaborar en el desminado" del país.

Preguntado por cómo se desarrollará esa labor de desminado que acordaron el pasado 7 de marzo las FARC y el Gobierno en La Habana, el presidente colombiano explicó que "no hay ningún problema en que las Fuerzas Armadas cooperen con combatientes del enemigo" para realizar la labor.

"De eso se trata la paz. No entiendo por qué suponer que habrá suspensión del control militar de área", dijo.

Asimismo, afirmó que estas decisiones no impedirán que las acciones contra las bandas criminales y la guerrilla del Ejército Nacional de Liberación (ELN) sigan "con toda contundencia".

Precisamente el mismo día que anunció el cese de bombardeos contra los campamentos de las FARC, Santos también ordenó una intensificación de las operaciones militares contra el ELN como respuesta al incremento de sus actividades.

El Gobierno y el ELN, segunda guerrilla del país, mantienen desde enero de 2014 "diálogos exploratorios" para emprender un proceso de paz similar al que se lleva a cabo con las FARC desde hace 27 meses en La Habana.

En referencia a la posibilidad de que el líder de las FARC Juvenal Palmera Pineda alias "Simón Trinidad", quien permanece preso en Estados Unidos, pueda obtener la libertad y unirse a los diálogos de paz en Cuba, explicó que no lo ve "fácil en un futuro próximo".

Sin embargo, ante sus declaraciones en una reciente visita a España en la que dijo que "en su momento" podría interceder ante Estados Unidos para evitar la extradición de guerrilleros tal y como ha sucedido con Palmera, concluyó que "el peor mandado es el que no se hace".

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