La restricción vehicular en Santiago de Chile empezó hace trece años. Al principio solo se la implementaba en el invierno, pero desde este año empezará a regir también en el verano. La medida se tomó en la ciudad para evitar la contaminación del medioambiente más que para evitar tráfico en las vías.
La restricción prohíbe entrar a vehículos con determinadas placas a la circunvalación Américo Vespucio, el anillo central de Santiago. La restricción se pone en marcha de 07:00 a 19:00.
El 88 por ciento
de los carros que circulan por la región tiene convertidor catalítico.Hay dos sistemas: el de emergencia y el de preemergencia, que depende de los niveles de contaminación. En el primero se restringen de acuerdo a dos o tres números de las placas de los vehículos catalíticos. En el sistema de emergencia también se toma en cuenta a los catalíticos y no catalíticos. Para informar, el día y los números restringidos se publica en una página web.
La consecuencia de los vehículos que rompen con la Ley es una infracción de tránsito que equivale a USD100. En el caso del transporte público, la medida no se aplica, sino que más bien se aumentan las líneas de colectivos para ayudar a facilitar la movilización.
Al principio la restricción causó inconvenientes, pero con el tiempo la gente se acostumbró. Anaí Troncoso (23 años), ciudadana chilena y actualmente residente en el Distrito, dice que para ella la medida valió la pena, porque es un buena manera de concienciar a la gente sobre el medioambiente. “Cuando uno sale a las calles de Santiago siente que lo único que respira es esmog y no aire”.
Valentina Retig, agregada de Prensa de la Embajada de Chile en Quito, considera que al Ecuador le serviría esta medida para no caer en la condición atmosférica de Santiago, además “acá el tráfico es insoportable en las horas pico”.