Santa Elena tiene hasta 36 fallecidos diarios por diversas causas, cuando lo usual eran cuatro muertes al día en este mes de abril. Eso representa un alto incremento.
En los primeros 20 días de este mes, el prefecto de Santa Elena, José Daniel Villao, contabilizó 550 fallecidos. La cifra, según él, es anormal, pues en 2018 y 2019 se tenía- en promedio- cuatro fallecidos al día, es decir, 120 al mes. Esta cantidad está muy alejada del reporte oficial del Ministerio de Salud Pública (MSP). Hasta ayer 21 de abirl registró cinco fallecidos confirmados y 28 probables.
Víctor Valdiviezo, alcalde de La Libertad, dijo que el consolidado de actas de inhumación de los cementerios de la Península está por encima de las cifras del Registro Civil, que tarda más en procesar y publicar la estadística.
De acuerdo con esta entidad, en 19 días de abril murieron 351 personas, mientras que en todo este mes del 2019 hubo 106 defunciones y en el 2018, fueron 98.
La ministra de Gobierno, María Paula Romo, reconoció ayer 21 de abril que es la segunda provincia con más defunciones irregulares en comparación con los datos oficiales de meses anteriores. “Esto nos indica la presencia de la pandemia y los contagios en una proporción muy superior a la cantidad de personas que logran hacerse las pruebas”.
Según Valdiviezo, se efectúan unas 20 pruebas al día y la semana pasada recién se habilitó un laboratorio privado. EL COMERCIO pidió ayer a la Coordinación Zonal 5 del MSP información sobre la capacidad diaria de toma de muestras y de procesamiento de pruebas, pero hasta el cierre de esta edición no obtuvo respuesta.
Romo también informó que se trabaja en la implementación de un laboratorio para acelerar la velocidad de procesamiento e identificar más casos. “El reporte oficial de Santa Elena es todavía pequeño, pero no son todas las personas contagiadas, sino las que han tenido acceso a una prueba, por eso seguimos trabajando para que existan más pruebas disponibles”.
En los tres cantones de la tercera provincia más pequeña del país, el MSP solo tiene identificados a 165 infectados, tres veces menos que el número de muertos. Y están a la espera de resultados de pruebas 358 casos sospechosos.
La preocupación de las autoridades se centra en la zona rural. La parroquia rural de Colonche, por ejemplo, supera este mes las 70 muertes y en las 12 comunas de la parroquia Chanduy son 109 fallecimientos hasta el 18 de este mes.
Para Federico García Jaime, dirigente comunal de la cabecera parroquial de Chanduy, se trata de pueblos de 1 500 o 2 000 habitantes y las muertes no sobrepasaban las cuatro al año. “El hospital Liborio Panchana, de Santa Elena, está colapsado, la gente se abstiene de ir porque piensa que va a morir allá y mueren en casa sin atención adecuada”.
De los 10 fallecidos de la cabecera parroquial de Chanduy con sospecha de coronavirus solo un hombre de 35 años murió en el hospital. El centro de salud del poblado atiende de lunes a viernes, no cuenta con oxígeno o ambulancia y menos con pruebas.
Los enfermos con síntomas de covid-19 renuncian a viajar 30 km hasta Santa Elena en busca de un “incierto” test.
La renuencia a quedarse en casa es otro problema en las zonas rurales. En la cabecera de Chanduy solo hay cuatro policías para controlar 60 km2 y los militares llegan una o dos veces por semana.
Para Romo, existen “serias dificultades” en el cumplimiento del aislamiento ciudadano, principalmente, en mercados de abasto y de pesca.
Las autoridades pidieron que se declare zona especial de seguridad para aumentar el control, pero Romo sostuvo que esta declaratoria no hace necesariamente parte del tratamiento de la pandemia. Daniel Cisneros, alcalde de Salinas, contó que en la cabecera cantonal la gente se queda en casa, pero en el resto de las parroquias es complicado.