El Ministerio, con apoyo del Municipio, aplicó el fin de semana 2 000 pruebas rápidas como parte de un estudio. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Pichincha, con 3,2 millones de habitantes, es la segunda provincia con más contagiados de covid-19. Hasta ayer tenía 17 910 confirmados con test de diagnóstico PCR; está a solo 14 casos de Guayas, la más golpeada por el virus en marzo y abril. Su tasa de prevalencia llega a 555 casos por 100 000 pobladores. Y la de mortalidad es de 24, por igual número.
Quito concentra la mayor cantidad de casos en la provincia y desde el jueves 23 de julio se convirtió en la ciudad con más infectados. Hasta ayer sumó 16 210, es decir, el 18,9% de un total de 85 745 confirmados con PCR en Ecuador.
“La situación es preocupante. Si vemos la tasa de fatalidad por casos, Ecuador ocupa el tercer lugar en el continente con 6,5%; le anteceden Canadá con 7% y México con 10,9%, y esas son las muertes confirmadas”, aseguró la semana anterior Gina Watson, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en una reunión con la Comisión de Fiscalización de la Asamblea.
Aunque dos epidemiólogos consultados han reiterado que en Ecuador no se puede conocer cifras reales de infectados y muertos pues hay un déficit de pruebas para diagnosticar.
Pese a la falta de datos, el incremento de diagnósticos ha sido sostenido desde junio. Y responde además al irrespeto de medidas de restricción de movilidad y flexibilización de las mismas, dicen especialistas como Andrea Gómez.
La capital cambió a semáforo amarillo el 3 de junio, para dar paso a la reactivación económica. Por lo que las autoridades de salud buscan saber qué porcentaje de los quiteños ya se ha contagiado. Para ello se escogieron test rápidos, en un estudio de seroprevalencia.
Con las muestras de sangre se determina si una persona tuvo la enfermedad, al observar que desarrolló anticuerpos (inmunidad) frente al virus.
En total se han realizado tres tomas de muestras en la urbe. Las dos primeras arrancaron en mayo e iban acompañadas de una encuesta para conocer la situación de las personas, si estuvieron cerca de contagiados, etc. El último estudio comenzó el jueves y finalizó el domingo, se corrieron 2 000 pruebas a mayores de 18 años.
La actividad se cumplió en 19 parroquias urbanas y rurales del Distrito Metropolitano de Quito, como Guayllabamba, Calderón, Pacto, Nanegal, etc. Personal de la Cartera se distribuyó en 48 brigadas: 25 en el centro y sur, y 23 en el norte. Cada una estaba integrada por un médico epidemiólogo, un técnico de atención primaria en salud y un enfermero.
Para determinar en cuántos y en cuáles hogares hacer los test, Salud contó con el apoyo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
La epidemióloga Gómez considera que se deberían aplicar pruebas PCR, con hisopado nasofaríngeo. Esos resultados ayudarían a identificar casos activos y a hacer cercos epidemiológicos. Esto permitiría un diagnóstico oportuno de la enfermedad, por lo que las personas lograrían llegar a tiempo a los hospitales. Y se aislaría a los contagiados para evitar la reproducción del SARS-CoV-2.
“Hacer un rastreo de las familias ayuda a ponerlas en cuarentena y a darles seguimiento. Con esto no solo se frena el avance de la nueva cepa sino que se descongestiona el sistema de salud pública”.
En Quito, hasta el 31 de julio, Salud ha aplicado 40 000 pruebas PCR y 35 639 rápidas. Su población alcanza los 2,8 millones de habitantes.
Hasta la semana anterior la ocupación en los hospitales del Ministerio de Salud y de la red de clínicas privadas se mantuvo en niveles máximos, más en las unidades de cuidados intensivos (UCI).
En el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) tampoco hay camas para quienes requieran de ventilación mecánica por presentar síntomas graves de coronavirus.
El infectólogo Byron Núñez coincide en que los estudios para rastrear casos nuevos son efectivos. Pero afirma que se los debió aplicar en el inicio de la pandemia, para evitar el avance rápido del virus. “Simplemente no se lo hizo, por lo que hoy sí son importantes los de seroprevalencia, para saber si los quiteños ya han desarrollado defensas ante el virus”.
Sin embargo, alertó que se debe utilizar una metodología minuciosa para evitar errores y obtener datos confiables.
Según el Ministerio el estudio se ha realizado con la colaboración del Municipio.
El vicealcalde Santiago Guarderas resaltó la importancia de estos controles para frenar la propagación del virus en la capital. “En estas semanas la curva en la ciudad y en la provincia ha estado en ascenso, lo que significa que se deben mantener los esfuerzos coordinados con el Gobierno”.
Guarderas también sostuvo que el Cabildo aportó con la colocación de las carpas de triaje para atender a más personas con síntomas respiratorios. “En las próximas semanas también saldrán brigadas para tomar más muestras y diagnosticar oportunamente”.