Hay división en el Concejo de Quito. Varios ediles califican de injusto que ganen menos que sus asesores ‘top’ pero otros defienden esos pagos. Foto: Diego Pallero, ARCHIVO / EL COMERCIO
El mundo al revés: en Quito, 41 asesores de los concejales ganan más sueldo que los mismos ediles. En un informe del Municipio de los gastos del año pasado se demuestra que 20 de 21 concejales tuvieron dos asesores que superaron los ingresos de quien legalmente actuaba como jefe del despacho. Y esa situación se repite en este año.
Un concejal percibe de remuneración USD 2 750 al mes, pero sus dos asesores principales ganan 3 000 cada uno. Comparándolo con el fútbol, es como si el asistente técnico percibiera más dinero que el entrenador del equipo.
Solo un concejal, Carlos Páez (AP), se desenvolvió con un asesor de USD 3 000.
¿Cómo pudo ser posible esto? En febrero del 2015, el presidente Rafael Correa decretó la reducción de salarios de todos los puestos de nivel jerárquico superior del Estado, entre los que incluyó a los alcaldes.
En Quito, el salario de los ediles representa el 50% del alcalde, así que automáticamente todos los ingresos de los miembros del Concejo se ajustaron hacia abajo… pero no hasta los asesores principales.
La disposición presidencial incluyó a todos los puestos de libre remoción del Estado, llamados ‘de confianza’ y que son nombrados sin un concurso. También, estaban consideradas las autoridades designadas mediante concurso público de oposición y méritos o a través de ternas, como el Contralor, el Procurador, el Defensor del Pueblo y otros. Sin embargo, nada se dijo de los asesores de los municipios, que dependen de la Ley de Servicio Público. Por eso, se ha mantenido vigente esta distorsión, aunque algunos la consideren injusta.
Este Diario solicitó sus versiones a los 21 concejales. No atendieron Marío Guayasamín, Ivonne von Lippke, Anabel Hermosa, Soledad Benítez y Carla Cevallos, por diversas razones. El resto de ediles confirmó la contradictoria situación de ser jefes de asesores mejor remunerados, aunque matizaron sus casos.
No todos los concejales manejan el mismo número de asesores. Aunque todos disponen de un chofer y un despacho, el número de asesores varía.
Cada concejal de Quito tiene derecho a contar con cuatro asesores de diverso nivel y todos de libre remoción (dos asesores de USD 3 000, uno de 1 500 y otro de 1 100); pero algunos ediles solicitan (las normas así lo permiten) asesores que forman parte de la nómina de carrera del Municipio para atender asuntos muy específicos, especializados o técnicos.
Este es el caso, por ejemplo, de Marco Ponce (SUMA), que con 10 servidores en total a su cargo es el que más personal maneja. Lidera un asesor directo, una asistente técnica, un coordinador de comunicación y dos asesores de mesa sin nombramiento, además de cinco personas de carrera.
Ponce, que preside la Comisión de Presupuesto e integra otras, explicó que comanda gente que realiza investigación porque la naturaleza de su comisión requiere de información técnica, social y económica para evitar errores en temas delicados. Además, se quejó del espacio: “Tengo personal que labora fuera porque aquí no hay donde ponerles”.
Luisa Maldonado (AP) calificó de “ilógico e injusto” que un asesor gane más que el concejal. Su colega Eduardo del Pozo (Creo) lo califica de “incoherencia municipal”.
Karen Sánchez (independiente) consideró “totalmente absurdo” el preguntar por qué ganan menos que los asesores. “En mi caso no estoy aquí por un sueldo; estoy para aportar con mi ciudad. Tengo 15 días de haber dado a luz y estoy trabajando. No pediré permiso de lactancia”.
Susana Castañeda (AP), por su lado, defendió el salario que perciben sus colaboradores. “Es gente que no tiene que estar pensando en cómo redondear su sueldo, sino efectivamente en trabajar”.
Renata Moreno (Vive) siente que trabaja con un mínimo de personal. “Saco provecho de cada centavo que el Municipio provee por mi pull de asesores. Tenemos comisiones que presidimos, comisiones de las que soy vicepresidenta, comisiones de las que soy miembro, tengo directorio de empresas, presido consejos externos, visitamos territorios…”, entre otras labores de su agenda pública.
Luis Reina (AP) considera esta realidad como una “incoherencia”, pero también está de acuerdo en que es “insuficiente” la cantidad de asesores de los concejales.
Sugiere, para moderar los costos, crear staffs de técnicos y asesores especializados a los que cada concejal pudiera recurrir sin que sean exclusivos de un despacho en particular.
A Jorge Albán (AP) no le preocupa que sus asesores ganen más que él, porque así les exige más en su desempeño. Sin embargo, considera que sí se deberían revisar los salarios de los concejales. Planteó que se pague en función de la capacidad de producción de los ediles. “Se debe contar con parámetros de medición”.
La ciudad gastó en el 2015 un promedio de USD 260 598 por cada concejal, costo que incluye el mantenimiento de los autos tipo SUV que utilizan, los suministros de oficina, las horas extras del personal de carrera y las remuneraciones de todo su equipo, que constituyen el mayor costo.
En un caso hipotético, si se redujera el salario de los asesores que ganan USD 3 000 al mismo nivel de los concejales, la ciudad tendría un ahorro anual de 126 000.
Albán sostiene que el costo total que paga la ciudad por el funcionamiento de cada despacho de los concejales es “razonable”, ya que solo representa el 0,5 % del presupuesto municipal del 2015 que fue de USD 1 115 millones.
Sobre los sueldos de los ediles, la vicealcaldesa Daniela Chacón (SUMA) expresó: “La gente puede pensar que nuestro salario es alto; pero no está, en mi caso, de acuerdo a los niveles de responsabilidad y formación”. Chacón es abogada con maestría en el exterior.
En contexto
Los concejales de Quito se desenvuelven con algunos beneficios de los que no gozan sus colegas de ciudades como Guayaquil, como autos y asesores. En la capital, los gastos del personal de apoyo de cada concejal superan 4 a 1 a los ingresos de los ediles.