Esta era la parroquia en Barcelona que el sacerdote Jordi Ignasi Senabre presidía antes de ser acusado por abuso sexual. Foto: Google Street View
Un fiscal español pidió, en 1988, cinco años de prisión para Jordi Ignasi Senabre, párroco de Polinyà, en Barcelona, por abusos sexuales a un menor de 13 años. Fue llamado a declarar en 1991, pero nunca se presentó ante el juzgado. El arzobispado de Barcelona argumentó que se encontraba fuera del país, “de misiones”. El sacerdote no volvió a ser visto en territorio español.
Una investigación del diario español El País dio con el paradero del sacerdote, en Ecuador, sirviendo en la diócesis de Santo Domingo de los Tsáchilas. Según el medio de comunicación, el arzobispado de Barcelona siempre supo de su paradero, pues Sanabre habría sido enviado a Santo Domingo tras una solicitud del arzobispado catalán, fechada en 1990.
Los periodistas Íñigo Domínguez, Daniel Verdú y Oriol Güell relatan que se pusieron en contacto con el párroco, quien colgó el teléfono cuando uno de ellos se identificó como reportero español. “Se equivoca usted”, se escucha en la conversación telefónica publicada por el periódico en su portal digital. “Yo no tengo ningún caso”.
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Senabre se encuentra jubilado desde hace cinco años; esa información la confirmó a El País el vicario general de la diócesis de Santo Domingo, Galo Robalino. “Esta noticia me cae de sorpresa, me entero por usted. Dudo mucho de que nos informaran de su situación, no creo que el obispo de entonces, don Emilio Stehle, lo hubiera permitido, pero vamos a mirar la carpeta de este sacerdote a ver qué hay”, aseguró el vicario a los periodistas. Agregó que en la carpeta que fue entregada en 1990 por el obispado de Barcelona “no dice nada, nada, de la denuncia contra él en España. Solo es la solicitud de que le acojamos”.
Domínguez, Verdú y Güell se pusieron también en contacto con la diócesis de Barcelona ¿Por qué, con un proceso judicial abierto, se le permitió a Senabre salir del país? ¿Por qué no se ha informado a las autoridades sobre su paradero? Estas son algunas de las preguntas que plantean los investigadores. Sin embargo, la diócesis se limitó a responder únicamente: “El exmisionero Jordi Senabre tiene un proceso en curso en Roma reabierto el 16 de junio de 2016, en la línea de tolerancia cero manifestada por la Santa Sede”.
Después de su fuga de España, Sanabre fue hallado y detenido en Uruguay en enero de 1994. Sobre el párroco pesaba una orden de búsqueda y captura desde 1991. En aquel entonces, los medios uruguayos constataron, por su pasaporte, que venía de Ecuador, y que su visado de entrada a Uruguay era de turista. Los trámites de extradición desde Uruguay, en aquel entonces, estaban siendo preparados.
Sin embargo, poco después, el párroco desapareció nuevamente sin dejar rastro. Según recoge El País, la prensa uruguaya, en ese tiempo, aseguró que su liberación se debió a la intervención del arzobispo de Montevideo, José Gottardi, y que inclusive la diócesis pagó su fianza.
El denunciante de abusos, en aquel tiempo, era un monaguillo de 13 años, quien decidió sacar su caso a la luz debido al temor de contraer VIH. En aquel entonces el sacerdote tenía 40 años. Después de interponer la denuncia, dos miembros de la asociación de padres del colegio donde estudiaba intentaron desacreditar su testimonio.
“Es un muchacho conflictivo, debido a su carácter díscolo, inestable y violento, siendo motivo de queja por parte del profesorado por estas causas y por su bajo rendimiento escolar”, escribieron en una carta. Y, sin embargo, la directora del colegio, una monja carmelita, defendió al niño y lo calificó como “el más inocente de la clase”.