La Primera Ministra rumana, Viorica Dancila, se dirige a los medios durante una conferencia de prensa en el Palacio de Victoria, la sede del gobierno rumano en Bucarest. Foto: AFP
El gobierno de izquierda en Rumania emitió el viernes 21 de diciembre de 2018 una polémica ordenanza que impone una batería de tasas a los bancos, como el “impuesto a la avaricia”, y a los grupos energéticos a pesar de la protesta de los inversores.
El anuncio el martes de esta serie de impuesto había provocado una ola de ventas en la bolsa de Bucarest el miércoles, pero las medidas adoptadas el viernes son menos duras que las que se habían hecho públicas.
“Hemos adoptado una nueva serie de medidas para mejorar el bienestar de los rumanos, el nivel de inversiones, y para corregir algunas prácticas injustas en los sectores de la energía y la banca”, declaró la primera ministra Viorica Dancila el viernes durante la reunión del consejo de ministros presentando estas medidas.
Ante la dificultad de mantener el déficit público por debajo del umbral del 3% del PIB establecido por la UE, el gobierno recurrió a una batería de enmiendas fiscales que deberían entrar rápidamente en vigor. Pero los círculos económicos se quejaron de una falta de consulta previa.
Rumania es el país con mayor crecimiento del PIB dentro de la Unión Europea (7% en 2017).
Pero los socialdemócratas en el poder aumentaron los salarios en el sector público y las jubilaciones en 2018, junto a la reducción de algunos impuestos, lo que amenaza con descarrilar el déficit público.
Entre las nuevas medidas figura una tasa progresiva sobre los activos de los bancos si la tasa de préstamo interbancario supera el 2%, lo que el gobierno ha llamado “impuesto a la avaricia”.
Igualmente, las compañías energéticas enfrentarán un impuesto del 2% sobre su facturación.
El precio del gas y de la electricidad se congelarán en los tres próximos años tanto para los consumidores como para algunos clientes industriales.
Los inversores pidieron al gobierno no aplicar estas nuevas medidas, considerando que podrían desencadenar “una crisis económica”.