La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aludió hoy, 30 de mayo, de forma indirecta a las protestas de movimientos que se oponen al gasto público en el Mundial de fútbol y se dijo convencida de que los brasileños entrarán en el clima del evento de la FIFA.
“Tengo absoluta certeza de que el pueblo hará como siempre hizo: va a juntar a los amigos, a la familia, a la comunidad, va a comprar una cervecita, encender el televisor y ver el Mundial hinchando por nuestra selección”, declaró Rousseff en un acto celebrado en la localidad de Poos de Caldas, en el estado de Minas Gerais.
También aludió a las demandas de los manifestantes, que exigen más inversiones en áreas sociales como salud, educación y transporte, al citar muchas de las obras realizadas para la celebración de la cita del fútbol mundial, las cuales aseguró que “quedan para el pueblo brasileño”.
La presidenta hizo esa declaración en momentos en que en Río de Janeiro y Brasilia, dos de las doce ciudades que serán sedes del Mundial, decenas de manifestantes comenzaban a concentrarse para unas nuevas protestas.