Ma.Fer Mejía Y. Sección Jóvenes
Dime cómo te vistes y te diré quién eres. Si te pones una camiseta del Che ya eres un megarrevolucionario, si usas botas negras eres un anarquista y si, al contrario, caminas con tacones altos no tienes más de una neurona… ¡Ya basta!
Los estereotipos nos hacen daño. ¿Dónde queda la tolerancia que tanto exigimos? O sea que si no me visto con ropa de marca o no me gusta el maquillaje ¿ya no podemos ser panas? Si no me perforo la lengua, ¿ya no quieres conversar?
No digo que todas las personas sean así, pero he escuchado cosas en las calles: “Qué mal, esa ‘man’ es reggaetonera”, “No me caen los punkeros”, “Qué se creen estos alternativos”. O bien dicen cosas como: “Me gustan los cabezones”, “Si no eres roquera mejor no me veas”.
Esos prejuicios son el reflejo de una sociedad que no se halla, que no sabe qué es y que no respeta las identidades. Si seguimos así, de grandes seremos igualitos a los que tanto criticamos…