El Rómulo Gallegos ha sido acariciado otras dos veces

Redacción Cultura

El  premio Rómulo Gallegos  ha sido  descrito por los medios  y la crítica en español   como el Nobel de América Latina.  No es para menos si se atiende a la nómina de lujo que  ostenta entre sus ganadores.
 
Desde que fue instituido, en   agosto de 1964,  el premio ha sido una especie de antena de lo mejor que es está escribiendo en el  continente  y en España. 

El jurado de la primera edición estuvo conformado por   Benjamín Carrión,   Andrés Iduarte (México), Fermín Estrella Gutiérrez (Argentina), Juan Oropesa (Venezuela) y Arturo Torres Rioseco (Chile). 

Resultó  ganadora en esa  ocasión  ‘La casa verde’ del   peruano Mario Vargas Llosa. La edición   siguiente se lo llevó  ‘Cien años de soledad’, de    Gabriel García Márquez,  y la siguiente la favorecida fue  ‘Terra nostra’ ,  del  mexicano Carlos Fuentes.

Para entonces  el premio ya   gozaba de renombre continental.  En  esa mítica tercera edición  participaron y quedaron  finalistas   escritores de la  talla de   Alejo Carpentier, Augusto Roa Bastos, Luis Goytisolo, Severo Sarduy, Ernesto Sábato, Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares y Manuel Puig.

El premio ha mantenido ese prestigio cuando se amplió hacia los dos lados del atlántico.  En 1999 galardonó a una de las obras fundacionales de la nueva sensibilidad literaria en lengua española: ‘Los detectives salvajes’ de  Roberto Bolaño. En 2001, ganó   
Enrique Vila-Matas  por ‘El viaje vertical’, en 2003  Fernando Vallejo  ganó por  ‘El desbarrancadero’. El último  ganador fue    William Ospina,  por ‘El país de la canela’.

Por lo demás, el premio  ha sido acariciado en dos ocasiones por autores ecuatorianos. En 1999,  el narrador quiteño Javier Vásconez  resultó finalista del premio por su novela  ‘La sombra del  apostador’, celebrada, en su momento por escritores como  Adolfo Castañón. 
En 2005 la novela  ‘La madriguera’ ,  de Abdón Ubidia,  resultó seleccionada entre las 20  consideradas para el premio, de  entre las cerca de 600 novelas enviadas de todas partes de América Latina y España.

Ahora esa novela va por su cuarta  edición  y es una de las más reconocidas de Ubidia.

El anecdotario

Ironía
El cabaré que hizo  ganar a Vargas Llosa

En 1967, cuando Vargas Llosa recibió el premio Rómulo Gallegos por ‘La casa verde’, dijo  en su discurso que le parecía injusto distinguir esa novela sobre la finalista ‘ Juntacadáveres’, del uruguayo  Juan Carlos Onetti.

En una ocasión la periodista   María Esther Giglio le  preguntó a Onetti:    “Cuando Vargas Llosa ganó el Rómulo Gallegos  dijo en su discurso que eras tú y no él quien lo merecía”. A lo que el  gran escritor  uruguayo contestó con la amarga  ironía que caracterizó su obra literaria pero también  su propia vida:

“-No, no, él no dijo eso sino que ‘algún día deberán dar a Onetti el premio que se merece’. Aunque, bueno, su burdel en ‘La casa verde’ era mejor que el mío en Juntacadáveres. El mío no tenía orquesta”.

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