El primer golpe en la ventana del vehículo asustó a Paola. Giró su cabeza para ver qué sucedía y dos hombres en una moto con fierros en las manos intentaban romper los vidrios. En un segundo impacto consiguieron quebrar el parabrisas trasero.
Las personas que estaban en otros vehículos al ver el hecho empezaron a pitar. Los desconocidos utilizaban cascos para no ser identificados. Uno de ellos introdujo la mitad de su cuerpo en el auto y se llevó una chompa de cuero. Era de noche y llovía, Paola empezó a llorar y aceleró hasta llegar a la casa de su padre.
El hecho sucedió el pasado jueves 19 de marzo en el sector de El Inca, norte de Quito. Ella denunció la agresión.
En el 2014, en la capital se reportaron 1338 robos a personas. Los policías que recibieron la denuncia le dijeron que las personas que realizan este tipo de delitos en motocicletas vigilan el recorrido de las víctimas. “Por lo general miran si la ocupante es mujer y si está acompañada o sola”.
Paola recordó ayer que minutos antes del hecho ella vio a una moto que se paró junto a su vehículo en un semáforo, pero no prestó atención al hecho.
Este tipo de asaltos se registran en vías con tráfico, semáforos o ingresos a garajes. La lluvia también ayuda a los perpetradores a ocultarse luego del robo.
Otra modalidad que se utiliza para robar objetos del interior de vehículos es el ‘bujiazo’. Este tipo de asalto se realiza con una pequeña pieza de metal. Los sospechosos rompen los vidrios de los vehículos y se llevan computadoras, bolsos, celulares, etc.
Según el Observatorio Metropolitana de Seguridad Ciudadana, entre enero y agosto del anterior año se reportaron 101 denuncias de robos bajo esta modalidad.
Las bandas actúan en las zonas de mayor congestión vehicular de Quito. Por ejemplo: San Roque, las avenidas NN.UU., 10 de Agosto, Mariscal Sucre, La Y, la Napo o De los Shyris.
Paola aún tienen miedo, pero manifestó que la presencia de policías en esta época de lluvias es escasa. “En ese momento busqué con la mirada algún agente pero no había nadie”, indicó.
El viernes, la joven de 25 años cambió el parabrisas afectado y colocó láminas de seguridad para evitar futuros percances.