Alias ‘Otto’ y alias ‘Roberto’ fueron detenidos y presentados por miembros de la fuerza pública colombiana. Foto: Captura de pantalla
Alias ‘Roberto’ será llevado hoy a las oficinas judiciales de Colombia, pues la Fiscalía de ese país le imputará cargos por el secuestro de los tres colaboradores de EL COMERCIO.
Las indagaciones de la Fiscalía de Bogotá ratifican que este miliciano, del Frente armado Óliver Sinisterra, interceptó en la población ecuatoriana de Mataje, el carro en el que se trasladaban Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra.
El Ministerio de Defensa colombiano, en cambio, ha dicho que tras impedir el paso del auto, el equipo fue llevado a ese país “mediante engaños”.
Tras conocer esta noticia, Ricardo Rivas, hermano del fotógrafo Paúl Rivas, advierte que la captura permitirá conocer qué ocurrió exactamente ese 26 de marzo, cuando se perpetró la acción delictiva.
“Si fueron llevados con engaños, ese hecho ya es parte del delito, pues el plagio como tal no comienza desde el momento en que te dicen que estás secuestrado, sino desde la planificación, desde las amenazas como las que realizaba alias ‘Guacho’ para plagiar y matar”, señaló ayer Rivas.
El Código Integral Penal (art. 161) señala que la persona que prive de la libertad, retenga, oculte, arrebate o traslade a lugar distinto a una o más personas, en contra de su voluntad, será sancionada con cárcel de cinco a siete años”.
Con base en ese articulado, el penalista Wilson Velasteguí advierte que en el momento en que se produjo el engaño, los perpetradores se fueron en contra de la voluntad de los tres colaboradores de este Diario. “No fueron físicamente secuestrados en ese momento, pero fueron secuestrados con engaños. Y desde ahí se empieza a configurar este delito. Entonces, véase como se vea, es un secuestro”.
El 23 de julio pasado, la Fiscalía colombiana ya identificó a alias ‘Roberto’ y alias ‘Cristian’ como los milicianos que retuvieron al equipo de prensa. Y dijo que alias ‘Cherry’, como integrante de la “Comisión de Secuestros” de los exguerrilleros, ordenó la captura de los tres profesionales y su traslado hasta territorio colombiano.
Ahí comenzó el recorrido hasta esa nación. Según documentos judicializados en Bogotá, el equipo de prensa fue llevado desde Mataje hasta El Pan, y desde ese punto hasta la Mina, poblados que están en Ecuador.
Desde allí arrancó una lancha hacia Colombia. Hasta ese momento, los testigos que hablaron para la Fiscalía de esa nación no sabían que se trataba del equipo periodístico.
Ese mismo día, por la tarde, 24 hombres y mujeres vigilaban una finca del recinto Las Brisas, en Tumaco.
El que controlaba el sitio era alias ‘Pitufo’, un segundo cabecilla del grupo ilegal, después de alias ‘Guacho’. ‘Pitufo’ ordenó que todos se formaran.
Los milicianos presenciaron la llegada de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra y notaron que iban custodiados por alias ‘Cherry’.
Él los entregó a ‘Pitufo’, quien los recibió con estas palabras: “A partir de ese momento pasan a ser prisioneros de guerra”. Allí, todos los milicianos se enteraron que se trataba del periodista, del fotógrafo y del conductor de este Diario.
Ahora, sus familiares piden que se aclare todo. Allegados de Efraín Segarra dicen que si los tres fueron engañados, eso significaría que no hubo fuerza. “Entonces la camioneta por lo menos habría estado parqueada, pero las anteriores autoridades nos dijeron que estuvo abandonada en la carretera”, señala su hijo Cristian.
En el caso de Paúl, dentro del automotor también se halló su maleta con un lente para la cámara. “No es cuestión de decir simplemente que se fueron a Colombia, que allí les dijeron que estaban plagiados y que por lo tanto allí fueron secuestrados. Eso no tiene ningún fundamento jurídico”, sostiene Ricardo Rivas.
Por ahora, la Fiscalía del vecino país también pedirá al juez que acepte la medida de aseguramiento en contra de alias ‘Roberto’. Con ello, este miliciano armado será trasladado a un centro carcelario.
En adelante, los investigadores interrogarán sobre lo ocurrido el día del plagio y los hechos posteriores, como el triple crimen cometido en las montañas de Colombia.
No hay coincidencia sobre el tiempo que duró el cautiverio, antes del crimen.
Pero los testigos coinciden en que durante el secuestro, los periodistas fueron llevados de un poblado a otro y que incluso los escondían en fincas de gente que colaboraba con las FARC.
Uno de los sitios está en Quejuambi Feliciana, un poblado de Tumaco. Desde ese punto los trasladaron a una zona cercana llamada La Corozal, en donde vive la familia de alias ‘Reinel’, ahora detenido.
Un día, los profesionales y sus custodios se movilizaron 3 kilómetros hacia una zona cocalera y ahí durmieron dos noches. Entre el 7 y 10 de abril, los custodios recibieron la orden de llevar a los periodistas nuevamente a Quejuambi. En el sitio se encontraban alias ‘Pitufo’, ‘Gringo’ (tercer cabecilla), y ‘Macri’, otro jefe.
Los periodistas y el conductor fueron subidos en un bote junto con tres armados. En otra lancha iban más milicianos.
Con ellos también estaba un cuarto secuestrado. Una noche, mientras llovía, los milicianos iluminaban con linternas un camino en la selva.
Cuando llegaron a un sitio, en Los Cocos, alias ‘Gringo’ ordenó que los tres trabajadores de este Diario permanecieran allí. Los testigos contaron que en ese momento fueron asesinados.