Seinajoki. AFP
A miles de kilómetros de Buenos Aires, donde el tango nació, Finlandia alberga una legión de aficionados a esta música romántica sudamericana que todos los meses de julio participan en un gran festival para celebrar la versión nórdica.
Bajo el sol de medianoche, a mediados de julio, unos 100 000 finlandeses participaron en la edición 2009 del Tangomarkkinat (el mercado del tango), que se llevó a cabo durante cuatro días en la calle principal de la ciudad en Seinajoki (a 360 km de Helsinki).
Los finlandeses, que tienen fama en todo el mundo de ser reservados y taciturnos, encuentran en el tango una manera de romper el hielo, de sacar a flote su lado latino.
“El tango es la danza más bella del mundo. Todo gira en torno al sentimiento y a la manera de estar cerca de otra persona”, explica Arto Puisto, quien viene por primera vez al festival.
“Estoy aquí para escuchar música, pero también para conocer gente ”, añade Paivi Kuntsi, quien disfruta de los rayos del sol en la plaza del mercado. El tango comenzó a ser popular en Finlandia después de la Segunda Guerra Mundial, cuando era cantado y bailado en numerosas milongas organizadas cerca de los bucólicos lagos finlandeses, una edad de oro que decayó en los años sesenta pero que aún sigue.