30 ríos de Santo Domingo tienen un alto nivel de contaminación

La contaminación del río Chigüilpe se evidenció la semana pasada con la muerte de los peces.Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

La contaminación del río Chigüilpe se evidenció la semana pasada con la muerte de los peces.Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

La contaminación del río Chigüilpe se evidenció la segunda semana de septiembre con la muerte de los peces. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

Ningún río de Santo Domingo de los Tsáchilas ha sido descontaminado, pese a que hace dos años se conoció sobre su nivel de afectación.

Según el Ministerio del Ambiente (MAE), 30 ríos de esta provincia tienen elementos contaminantes. Santo Domingo cuenta con 31 microcuencas hidrográficas, tres subcuencas y 87 microcuencas por donde fluyen 257 ríos, según la Secretaría Nacional del Agua.

Los estudios realizados por el MAE confirmaron que en sus aguas existen 19 agentes químicos, como coliformes fecales, aceites y grasas, hierro, amoníaco, fenoles, zinc, aluminio, arsénico, vario, sulfato, cobre, fosfatos, entre otros.

La toma de muestras para estos análisis se practicó entre el 2013 y 2014, cuyos resultados se obtuvieron en ese último año. Sin embargo, recién se hicieron públicos, tras los casos de afectaciones a otros afluentes, ocurridos entre el 19 y 26 de agosto del presente año.

La directora Provincial del MAE, Ana Vivanco, señala que el antecedente fue la denuncia presentada por los integrantes de la etnia tsáchila en años pasados y también en el 2016.

En una sabatina del 19 de octubre del 2013, ellos expusieron que es una problemática que data desde hace 30 años.

Entonces el presidente de la República, Rafael Correa, ordenó que se investigaran las condiciones de los ríos y se adoptaran medidas para una remediación ambiental. Además, pidió que se identificara a los posibles responsables.

En el informe de 66 páginas, denominado ‘Caracterización de los ríos de Santo Domingo’, se menciona a ocho lubricadoras y lavadoras de vehículos, urbanizaciones, cooperativas de viviendas, haciendas ganaderas, empresas de faenamiento de ganado y cerdo y a una extractora de aceite.

Las descargas de los desechos de estos sitios-según las conclusiones- se realizan sin un proceso intermedio de filtración y tratamiento.

Debido a esto, el MAE inició en el 2014 seis procesos administrativos que buscan sanciones. Hasta el momento, dos lubricadoras han sido multadas con USD 7 200 cada una y se avanza con el trámite contra las urbanizaciones.

Uno de los ríos con problemas ambientales es el Lelia, de donde se capta el agua para tratarla en las plantas potabilizadoras de la Empresa Pública Municipal de Agua Potable.

Ahí se identificó que aguas arriba de la captación hay potreros y establos construidos en su orilla. Los desechos van directamente al río. Además, los habitantes de tres recintos vierten sus residuos a ese afluente por falta de un sistema de alcantarillado. El agua analizada contenía aceites y grasas, cloro activo y fenoles.

Luego de un análisis, la Agencia de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria determinó, sin embargo, que el líquido que se suministra a los hogares de la provincia es óptimo para su uso. Se basó en los estudios bromatológicos y microbiológicos de la Norma Técnica Ecuatoriana Inen 1108:2014, publicados en enero de este año por la Empresa de Agua Potable.

En el río Pove, que cruza por toda la ciudad de Santo Domingo, también se comprobó lo que es visible para la población. A lo largo de su trayecto recibe las descargas de aguas servidas de gran parte de los habitantes de la urbe.

Su desembocadura se da en el río Chigüilpe (otro afectado) y por eso ambos dejaron de ser utilizados por las comunidades tsáchilas. Ángel Gende, dirigente de esta nacionalidad, asegura que los peces que aparecieron muertos la semana pasada revelaron el grado de contaminación del río.

Precisamente ese es el argumento que lo motivó a presentar una denuncia en la Fiscalía, por presunto daño ambiental.

El Municipio también es observado por las autoridades de la Fiscalía y el MAE, las cuales investigan si tiene responsabilidad en la descarga de lixiviados (líquidos residuales), que supuestamente salió del complejo ambiental (botadero de basura) hacia un estero que desemboca en el río Salgana.

Lo mismo sucede en el camal municipal, donde, en cambio, se indaga una falla en el sistema de drenaje que habría afectado al río Toachi. En los análisis del MAE los dos afluentes registran alta contaminación.

Para el presidente de Colegio de Ingenieros Civiles de la provincia, Rodrigo Naranjo, esta problemática se debe a la falta de mantenimiento y el colapso de sistemas de tratamiento de aguas residuales en las urbanizaciones. Pero también por el obsoleto sistema de alcantarillado (40 años de existencia) que recoge las aguas lluvias y servidas.

El Municipio construye un nuevo sistema de alcantarillado para impedir que las descargas vayan a los ríos Code, Pove y Río Verde.

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