El riesgo de contagio es alto en cita odontológica; se sigue un protocolo

Imagen referencial. Un odontólogo de un centro de salud del sistema público, que pidió la reserva de su nombre, asegura que el riesgo de contagio llega al 90%. Foto: AFP

Imagen referencial. Un odontólogo de un centro de salud del sistema público, que pidió la reserva de su nombre, asegura que el riesgo de contagio llega al 90%. Foto: AFP

Imagen referencial. Un odontólogo de un centro de salud del sistema público, que pidió la reserva de su nombre, asegura que el riesgo de contagio llega al 90%. Foto: AFP

Como si fuera a operar, la odontóloga viste todo el equipo de protección. El paciente antes de ingresar al consultorio pasa por doble desinfección de calzado, toma de temperatura y entrevista para descartar síntomas de covid-19. Luego le colocan una bata, un babero y le cubren el rostro con el ‘campo de ojo’, tela antifluido, con un agujero en el área de la boca.

No son todas las medidas que se toman para reducir el riesgo de contagio. Rocío Coral ubica un dique de goma (pedazo de látex), que evita hasta en el 70% la contaminación cruzada y permite trabajar solo con la pieza afectada.

Las atenciones -señala la profesional de un consultorio privado- son solo de emergencia. Cuando el paciente sale, desechan todo lo usado, desinfectan el área y esterilizan el instrumental en el autoclave.

Durante ocho días, Rodrigo Carrillo, de 50 años, soportó un intenso dolor de muela. Tenía miedo de contagiarse al abrir la boca. “Me arriesgué, la molestia era insoportable”.

Desde marzo hasta la primera quincena de este mes, en los centros de salud públicos de Quito se registran 104 502 menos atenciones que las realizadas en el mismo período del 2019. El año pasado se concretaron entre 28 000 y 33 000 atenciones en cada mes. Este año, desde marzo, no se ha llegado a las 7 000 mensuales.

Un odontólogo de un centro de salud del sistema público, que pidió la reserva de su nombre, asegura que el riesgo de contagio llega al 90% pues están a centímetros de la boca de alguien que puede ser asintomático. Sin embargo, han atendido emergencias.

Durante estos meses -anota- todos los paciente responden que no han tenido síntomas de covid-19 y que no han estado en contacto con casos sospechosos o confirmados. “Pero al ingresar al sistema, verifico que algunos fueron atendidos en días anteriores por fiebre”.

El odontólogo, que también atiende de modo privado, dice que las condiciones son distintas en su consultorio y en el centro de salud. En el primero, por ejemplo, sí sigue el protocolo del Ministerio de Salud.

La Cartera emitió el Protocolo para atención odontológica en urgencias durante la emergencia sanitaria. En este se establece que los médicos y auxiliares deben usar, además de su traje quirúrgico, bata descartable, guantes, sobreguantes, respirador N95, gafas o protector facial y gorro.

También se aclara que odontólogos y auxiliares no deben ser parte de grupos vulnerables a desarrollar síntomas graves de covid-19. Se pide designar un sitio exclusivo, lo más retirado posible del área operatoria, para cambiarse de ropa, guardar objetos personales y colocarse el equipo de protección. Y que se evite la innecesaria contaminación de superficies.

“Todo paciente que acude a la consulta odontológica debe ser tratado como persona de riesgo y potencialmente sospechoso para covid-19”, se lee en el documento.

En el centro de salud, comentan odontólogos consultados, los médicos tienen un solo equipo para el día, mientras que en el privado usan varios al día, que descartan entre una atención y otra.

Durante la emergencia, en centros de salud públicos han tratado abscesos periodontales (pus en piezas dentales por caries no tratadas a tiempo).

También han llegado pacientes con el dolor típico de muela o diente, provocado por caries. Y otros acudieron por procesos infecciosos en curso.
En los casos, en los que es posible, señalaron odontólogos, realizan una valoración clínica visual, con la menor manipulación posible en la boca del paciente y sin equipos.

Si por la gravedad de un caso es necesario drenar o hacer otro procedimiento, no usan turbina. Trabajan de forma manual para evitar aerosoles (gotas de boca y nariz, principal fuente de contagio).

A Gabriela Martínez, una emergencia dental la obligó a salir por primera vez de su casa en el primer mes de la emergencia sanitaria. Empezó con un dolor de muela y luego se le inflamó la encía.

En estos meses también han ocurrido emergencias que requirieron operaciones. Michael Quisilema, jefe del servicio de Cirugía Maxilofacial del Hospital Pablo Arturo Suárez, indicó que han atendido a personas que por estar en estado etílico sufrieron fracturas.

Nueve de cada 10 personas en el país sufren enfermedades dentales como caries o periodontopatías, que llevan a procesos sépticos infecciosos, que han requerido atención en los últimos meses, anotó .

En el Carlos Andrade Marín, del IESS, por la emergencia, tres profesionales atienden de 10 a 12 emergencias diarias, con medidas de bioseguridad.La consulta externa se retomó el lunes al 50%. Antes recibían a 140 pacientes diarios, dijo Javier Del Pozo, jefe del servicio.