¿Más ricos significa más desigualdad?

Oxfam reveló el aumento de multimillonarios el último año. Según la Cepal, la desigualdad viene bajando, pero a menor ritmo.

Oxfam reveló el aumento de multimillonarios el último año. Según la Cepal, la desigualdad viene bajando, pero a menor ritmo.

Oxfam reveló el aumento de multimillonarios el último año. Según la Cepal, la desigualdad viene bajando, pero a menor ritmo.

La organización humanitaria Oxfam se ha convertido en la conciencia de la élite mundial.

Cada enero, antes de la inauguración del Foro Económico Mundial, en Suiza, Oxfam recuerda a los asistentes que la mayor amenaza mundial es la desigualdad.

Esta alerta la hizo el 2014, cuando presentó su estudio ‘Gobernar para las élites’. En ese entonces, el Foro Económico Mundial consideró a la desigualdad como el riesgo más importante para el progreso de la humanidad.

Esta semana, en la ciudad suiza de Davos, Oxfam volvió a lanzar la misma alerta, aprovechando la llegada a Davos de magnates empresariales, del Rey de España, de 70 jefes de Estado, de superestrellas del espectáculo y de líderes sociales, así como de directores de organismos mundiales como el FMI, la Cepal, el Banco Mundial, etc. A ellos los recibió con un nuevo informe: ‘Premiar el trabajo, no la riqueza’, en el cual propone construir una economía para los trabajadores, no para los ricos y poderosos, con el fin de poner fin a la crisis de desigualdad.

El documento de 92 páginas está cargado de ejemplos, historias de trabajadores que no han podido salir de la pobreza y, sobre todo, de muchas cifras que suenan alarmantes. El año pasado, por ejemplo, se produjo el mayor aumento de la historia en el número de personas cuyas fortunas superaron los USD 1 000 millones, es decir, cada dos días apareció un nuevo multimillonario. Este club cuenta con 2 043 miembros cuya riqueza ha aumentado en USD 762 000 millones en 12 meses, lo que equivale a casi a ocho veces lo que produce Ecuador anualmente.

Con esos recursos se podría haber terminado con la pobreza extrema en el mundo hasta siete veces. Y si alguien aún no se preocupa de la concentración de la riqueza, el estudio de Oxfam asegura que el 82% de la riqueza mundial generada durante el último año fue a parar a manos del 1% más rico, mientras que la ‘riqueza’ del 50% más pobre no aumentó en nada.

Para este año, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que alrededor de 120 países registren un fuerte crecimiento, aunque esta recuperación económica puede afectarse, entre otras cosas, por la persistencia de desigualdades, que no solo reducen sino que pueden impedir crecer a los países.

Oxfam lo pone más claro y dice que el crecimiento económico registrado el 2017 favoreció a aquellos que no solo eran ricos, sino muy ricos. Y la mayor riqueza de los multimillonarios salió del bolsillo del resto del mundo. ¿Cómo? Pagando salarios bajos a los trabajadores cuando las ventas que generaba el negocio daban para pagar más.

Entre el 2006 y el 2015, los salarios aumentaron una media de un 2% anual, mientras que la riqueza de estos millonarios se incrementó en un 13%, seis veces más. Las cifras de Oxfam son para indignarse, pues da la impresión de que al aumentar el número de ricos, quienes pierden son los pobres, aumentando así la desigualdad. Pero estos números pueden estar errados o descontextualizados. En realidad, la desigualdad global ha disminuido masivamente en las últimas décadas.

Desde que China, India y Vietnam liberalizaron la economía, fortalecieron los derechos de propiedad, redujeron las regulaciones y promovieron la competencia, los ingresos de los más pobres del mundo aumentaron fuertemente, sostiene Sam Dumitriu, del Instituto Adam Smith, con sede en Londres, en un artícu­lo publicado por la cadena alemana Deutsche Welle. Asimismo, el investigador Max Roser explica que la mayoría de personas piensa que el mundo está cada vez peor, pero los datos históricos muestran lo contrario.

En su artículo ‘La corta historia de las condiciones de vida mundiales y por qué es importante que la conozcamos’, publicado el 2017 en el portal OurWorldinData.org, hace un análisis histórico de la pobreza, el analfabetismo, la salud, la libertad, la población y la educación.

Roser cuenta que en 1820 apenas una pequeña élite disfrutaba de altos estándares de vida, mientras que la mayoría vivía en condiciones que hoy se considerarían de extrema pobreza. Pero la industrialización y el aumento de la productividad hicieron que millones de personas salieran de la pobreza. “En 1950, tres cuartas partes del mundo vivían en la pobreza extrema; en 1981 todavía era el 44%. Para el año pasado la participación en la pobreza extrema ha caído por debajo del 10%.

Como investigador que se centra en el crecimiento y la desigualdad, ese es un gran logro, tal vez el mayor de todos en los últimos dos siglos”. El premio Nobel de Economía del 2015, Angus Deaton, sostiene que la desigualdad, aunque es negativa cuando no es productiva ni crea valor en la sociedad, en muchas ocasiones es un síntoma del éxito económico de un país. “El mundo es preocupante, pero vivimos en un mundo mucho mejor que antes”.

Eso también se puede ver en una región como América Latina, considerada como la más desigual del planeta, pero que ha podido reducir sus indicadores de desigualdad (coeficiente de Gini) durante más de una década, gracias al crecimiento económico y políticas redistributivas. Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), quien estuvo esta semana en Davos, destacó que en los últimos 15 años América Latina ha avanzado en la reducción de la desigualdad en la distribución del ingreso.

Entre 2002 y 2008, el promedio simple de los índices de Gini­ de la región (ver gráfico) se redujo a una tasa de 1,5% por año; entre 2008 y 2014, la reducción fue 0,7% anual; mientras que entre 2014 y 2016, el promedio se redujo en solo 0,4% por año. Estos dos últimos años fueron de bajo crecimiento económico. La lección suena simple: para reducir la desigualdad primero hay que crecer, y luego tener medidas eficientes para distribuir esa riqueza.

Bill Gates
Fundador de Microsoft. Su fortuna llega a USD 86 billones, según el ‘ranking’ de la revista Forbes del 2017.

Warren Buffet

Presidente de Bershire Hathaway. Tiene 87 años y un patrimonio de USD 75,6 billones.

Jeff Bezos

El fundador de Amazon es estadounidense, tiene 54 años y un patrimonio de USD 72,8 billones.

Amancio Ortega

El magnate español, dueño de la marca Zara, tiene un patrimonio de USD 71,3 billones.

Mark Zuckerberg

Tiene 33 años y es el fundador de la red social Facebook. Su fortuna suma USD 56 billones.

Carlos Slim

El magnate mexicano opera en el sector de las telecomunicaciones. Su patrimonio: USD 54,5 billones.

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