Ricardo Patiño, ministro de Defensa, dio declaraciones a medios rusos que vinieron en el vuelo. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
El avión abrió el compartimento de carga y las cajas comenzaron a ser descargadas por militares, personal del aeropuerto y voluntarios. La mañana de este viernes 22 de abril, aterrizó en el aeropuerto Mariscal Sucre, en Tababela, un avión proveniente de Rusia, cargado con ayuda humanitaria para los damnificados del terremoto de 7.8 grados que el 16 de abril azotó la Costa ecuatoriana.
Luego de cuatro escalas y dos días de viaje, la aeronave llegó a la capital con 30 toneladas, entre ellas 13 de enlatados de carne de res, es decir 36 000 unidades; seis toneladas de pescado (19 000 latas) y tres toneladas de carne de res en papilla para niños lo que corresponde a 37 000 unidades. Además, colaboraron con una estación eléctrica de 120 kW y 20 carpas para 10 personas cada una.
Las cajas fueron bajadas desde el avión con la ayuda de dos bandas giratorias y depositadas en dos paletas para luego ser trasladadas a un centro de acopio. En medio de la labor, se escuchó un ¡Viva Ecuador! y la gente se emocionó. Cada una de las cajas llevaba impresa frases que revelaban que se trataba de la reserva estatal.
Ricardo Patiño, ministro de Defensa, se hizo presente y agradeció a los países que se han solidarizado con el Ecuador. Dio declaraciones a medios rusos que vinieron en el vuelo.
Enlatados de carne de res, de pescado y carne de res en papilla para niños fueron parte de la ayuda de Rusia. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCCIO
Contó que 24 horas después del terremoto ya había en el país rescatistas de ocho países. A las 48 horas, había gente de 13 países. En total, hubo más de 500 voluntarios extranjeros más 600 nacionales que recuperaron decenas de personas atrapadas bajo los escombros. ‘Sin su ayuda, ellos habrían muerto’, señaló. Agradeció a los ciudadanos rusos por su ayuda y explicó cómo ha sido la ayuda.
En los primeros dos días, dijo, llevaron las donaciones directamente a las personas que estaban en la calle. Luego, en los siguientes tres días, lo hicieron con la colaboración de las Unidades de Policías Comunitarias, UPC, dado que tienen espacio físico y tiene una cobertura para ayudar a 10 000 personas. “En adelante conforme se normalice lo van a hacer con la ayuda de las organizaciones en las canchas barriales”, apuntó.
Patiño dijo que estaban contabilizadas aproximadamente unas 600 víctimas mortales y miles de damnificados. Eso va a implicar hacer campamentos y albergues por meses o años, hasta reconstruir las ciudades.
“Hemos recibido ayuda humanitaria de muchos países. Los primeros en llegar fueron los venezolanos, pero han llegado de Perú, Colombia, Estados Unidos, Argentina, Brasil, Chile México y España”, finalizó.