Sandra Jiménez hermana de Froilán Jiménez. Foto: EL COMERCIO
Este 30 de septiembre de 2020 se recuerdan 10 años de la revuelta policial. Ese día hubo enfrentamientos entre uniformados y civiles.
El entonces presidente Rafael Correa permaneció en el hospital de la Policía y mientras salía se registró una balacera. Allí falleció el policía Froilán Jiménez.
Su hermana Sandra Jiménez recuerda cómo ha sido el proceso judicial, para esclarecer la muerte durante esta década.
A continuación su testimonio
“Hemos luchado durante 10 años para que se establezcan responsabilidades en la muerte de mi hermano, pero no hemos obtenido resultados.
Durante nueve años el caso permaneció en la primera etapa de investigación. El año pasado el expediente pasó a instrucción fiscal, pero el 16 de julio del 2019 una jueza declaró la nulidad del proceso y volvió a la fase de investigación reservada.
Recién el 24 de septiembre del 2020 la Fiscalía procesó por homicidio a cinco oficiales retirados del Ejército.
Con mi madre nos mantendremos alertas para ver cómo procede la Fiscalía en esta ocasión.
No descartamos llevar este caso a organismos internacionales para lograr que se haga justicia.
El fiscal que manejó el caso por cinco años fue removido y desde ese momento conocieron el expediente cuatro fiscales más. Eso es revictimizar a los familiares.
Yo vivo en Loja con mi madre y cada dos o tres meses viajo a Quito para hablar con los fiscales y pedir avances en la indagación.
Pero la única respuesta que recibo es que no pueden darme información ni tampoco puedo acceder al expediente, porque el caso está en investigación reservada. Ya es hora que nos den respuestas.
Mi hermano está sepultado en un cementerio del cantón Quilanga, en Loja.
Allí, cada año hacemos una misa en su memoria.
Cuando estoy a Quito coloco una vela o una flor en el Hospital de la Policía, en el lugar donde falleció. De esa manera lo recordamos.
En la casa de mi madre está guardado su uniforme. En la habitación que él ocupaba cuando era adolescente se conservan sus fotos y sus pertenencias.
Mi hermano tiene un hijo que cumplirá 12 años. Él vive con su madre, en Riobamba.
Cuando cumplió 9 años se enteró cómo falleció su padre.
Recuerdo que lo primero que me dijo fue que nunca deje de buscar a la persona que lo mató.
Mi sobrino también conserva en su habitación fotos, ropa y la billetera de Froilán.
Para conmemorar los 10 años de su muerte, el sábado 26 de septiembre del 2020 realizamos una misa en Loja con mi padres, hermanos y sobrino.
También visitamos su tumba y le llevamos flores.
Como familiares solo exigimos conocer la verdad sobre su muerte”.