Galo Enrique Cevallos Rueda
La campaña política que el conjunto de los medios ha emprendido por la “libertad de expresión” deja serias dudas de qué se entiende por libertad.
La pregunta que me asalta es: libertad de quienes y para qué. Una frase resume la idea: “No es difícil alcanzar la libertad, sino saber que se hace con ella cuando se la alcanza”.
La libertad de expresión no es un concepto abstracto que hay que defenderlo por su valor en sí, sino por que es importante lo que decimos, no por el simple hecho de decirlo.
¿Qué hacemos con esta libertad? ¿Sabemos qué decir o estamos enfrascados en mostrar lo importante que es que los periodistas, algunos de ellos, claro está, puedan decir lo que quieran e imponer una agenda informativa y noticiosa reduciendo la compleja realidad del país y del mundo a caprichos políticos y mediáticos absolutamente coyunturales?
Han dedicado páginas de páginas a una campaña que como lector me es impositiva y saturante, pero sobre todo reduccionista, por cuanto todo queda limitado a estos puntos.
Vale la pena mirar con detenimiento, por ejemplo, la página de editoriales del domingo 3 de enero, así como las cartas al Director en las que se insiste a saciedad en un punto que es saturante y desgastado.
Le reto al periódico a abrir sus espacios para que los ciudadanos podamos expresarnos libremente en su medio, para ver si la libertad es real o solo es para los que trabajan y tienen espacios en los medios durante décadas.
La propuesta consiste en dedicar, durante un mes por lo menos, páginas centrales de gran formato para hablar sobre el arte ecuatoriano.
Y esta idea me surge cuando veo en la colección de “arte universal” que promocionan con su Diario, donde claramente el arte americano en general y el ecuatoriano en particular reciben un trato de arte casi subsidiario.
Durante años EL COMERCIO contó con la colaboración de Don José Gabriel Navarro, quien tanto en sus editoriales como en sus libros mostró el valor del arte ecuatoriano y la necesidad de ponerlo en su real dimensión universal.
Ojalá esta carta se publique, lo dudo, pero no puedo dejar de hacer la propuesta como un ciudadano que reta la libertad de expresión de su diario.
De todas formas haré pública esta propuesta a su Diario, a través de otros medios, para que se vea hasta dónde llega la “libertad” y quiénes la “controlan”.
Galo Enrique Cevallos Rueda
Nota de la Redacción: Acogemos los comentarios y sugerencias del lector, aunque es preciso decirle que no necesita “retarnos” a que el Diario abra sus espacios “para que los ciudadanos puedan expresarse libremente”, pues, como consta a nuestros lectores, lo hacemos todos los días.
Tampoco es necesario que el lector dude de la publicación de su carta en este espacio, pues, como puede comprobarlo hoy, su carta está publicada de manera íntegra.