Los resultados de la consulta reconfiguran el escenario político

Indígenas de la parroquia Santa Rosa, este domingo 4 de febrero del 2018. Foto: Raúl Díaz para EL COMERCIO

Indígenas de la parroquia Santa Rosa, este domingo 4 de febrero del 2018. Foto: Raúl Díaz para EL COMERCIO

Los miembros de las Fuerzas Armadas resguardaron el proceso electoral en el Colegio Benalcázar, en el norte de Quito. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Aunque el resultado del sí en todas las preguntas estuvo entre el 63% y el 74%, según el conteo rápido del Consejo Nacional Electoral (CNE), el presidente Lenín Moreno no puede declararse como el único y gran triunfador de la jornada.

El 36% y 37% obtenido por el no en las preguntas 2 (reelección indefinida) y 3 (Consejo de Participación Ciudadana) refleja el capital político que le queda al frente vinculado al expresidente Rafael Correa. Fue el único líder nacional que hizo campaña por el no. Aunque ya no podrá ser candidato a la Presidencia con la eliminación de la reelección indefinida.

En torno al sí, en cambio, se sumaron varias fuerzas políticas. Si bien los resultados finales permitirán la implementación de los temas planteados en la papeleta por el Gobierno Nacional, los votos que lo hicieron posible pertenecen a los múltiples actores que, incluso, son críticos de la gestión del Mandatario.

Así, mientras el Gobierno puede mostrar estos resultados como una relegitimización propia, hay que tener en cuenta el papel que jugaron Creo, con Guillermo Lasso, y el Partido Social Cristiano, con el alcalde Jaime Nebot.

Ellos fueron dos de los actores con mayor visibilidad, como advierte Luis Verdesoto, analista y coordinador de la Plataforma por la Democracia.

Indígenas de la parroquia Santa Rosa, este domingo 4 de febrero del 2018. Foto: Raúl Díaz para EL COMERCIO

Este desenlace marca un nuevo punto de partida, muy distinto al del 24 de mayo, cuando Alianza País era un solo movimiento y el oficialismo mantenía la mayoría política.

Simón Pachano, analista electoral y catedrático de la Flacso, sostiene que hoy realmente es el primer día de gobierno de Moreno. Ahora deberá tomar posiciones definidas en materia económica y de política exterior, lo cual no ha sido claro en estos primeros ocho meses.

El Primer Mandatario debe, además, remitir a la Asamblea Nacional los proyectos de leyes previstas en los anexos. Esto conllevará la reconfiguración del Legislativo, que se volverá un espacio político clave.

El primer síntoma podrá ser un rompimiento definitivo de la bancada verdeflex. Pese a la división que experimentó Alianza País, ellos han seguido votando con cierta sintonía. Ahora se verá con quién se alinean definitivamente para enfrentar el debate de los anexos de la consulta y referendo.

Si el correísmo mantiene el número de legisladores (29), pasaría a ser la segunda fuerza legislativa y la más fuerte dentro de la oposición.

El gobernador Javier Aguavil participó de las votaciones. Foto: Juan Carlos Pérez para EL COMERCIO

Y los otros bloques, asumidos como de oposición (Creo, PSC, SUMA, BIN), especialmente los de una línea más de derecha, condicionarán su apoyo a los proyectos, según sus intereses. Saben que el Gobierno requerirá sus votos.

Esto podría dejar al BIN (minorías e izquierda) un espacio para convertirse en el bloque decisivo cuando el margen de votación para definir el futuro de las leyes sea mínimo. En general, se puede prever un escenario de mayorías móviles.

En este contexto, José Serrano, presidente de la Asamblea, ocupará un papel relevante en el tratamiento de los proyectos legales del Ejecutivo.

Con este escenario, David Chávez, sociólogo y docente de la Universidad Central, advierte que para Moreno será difícil armar una coalición política que le permita gobernar. Aunque señala que podría lograr gobernabilidad cediendo, en ciertos aspectos, a la “derecha”, que se ha fortalecido en los últimos años.

No obstante, hay un tercer frente que tomar en cuenta: las organizaciones sociales y la sociedad civil. Aunque perdieron fuerza, estos grupos también se volcaron a apoyar la consulta, pero bajo condicionamientos.

Cada sector tiene sus propios intereses que velar, desde las cámaras empresariales, hasta los sindicalistas, los indígenas y los ambientalistas.

Pero los tres analistas coinciden que estos grupos, especialmente los de izquierda (incluidas las tiendas partidistas), no tienen la fuerza y estructura necesaria para lograr sus objetivos. Por lo que sus agendas quedarán relegadas o sus logros serán menores.

Los primeros pasos del Gobierno serán, evidentemente, los derivados de la consulta y referendo. Siendo el más incisivo la reestructuración del Consejo de Participación Ciudadana (Cpccs).

Esto marcará tres nuevos momentos de medición de fuerzas, a corto plazo: la nominación de las siete ternas, su aprobación en la Asamblea y la posible recomposición de las autoridades de control.

Otros temas de fricción serán el tratamiento de las leyes relacionadas a la prohibición de la reelección indefinida, de la muerte civil y de la ley que reemplace a la de plusvalía. A esto se sumarán los proyectos económicos y sociales que pueda impulsar Moreno para concretar sus ofertas de campaña.

Según Verdesoto, los resultados de estos nuevos procesos, principalmente del Consejo de Participación Transitorio, podrían declinar en que el correísmo busque la posibilidad de convocar a una nueva Asamblea Constituyente.

Pachano advierte que no se puede descartar la probabilidad de una muerte cruzada, a mediano plazo, si es que Moreno no logra tramitar sus proyectos de ley en la Asamblea.

Ahora, una vez concluidos los comicios, el escenario político cambia de lógica y apunta a lo que resta del período gubernamental y a las elecciones de las autoridades seccionales.

Esta última será la siguiente arena electoral para la medición de fuerzas entre los partidos y movimientos políticos. Y esa próxima reconfiguración del tablero preparará, en buena medida, el terreno para  la siguiente disputa de la Presidencia, en 2021.

Reacciones

Julio César Trujillo: La motivación fue desterrar la corrupción

“Desde la Comisión Nacional Anticorrupción planteamos hacer una asamblea constituyente o una consulta popular. Se dio paso a lo segundo. Creo que la principal motivación fue desterrar para siempre la corrupción, que se instauró en el país durante 10 años”.

José Villavicencio: Aquí hubo un solo ganador, el pueblo

“Sin duda triunfó la soberanía, con el instrumento más valioso que tiene: la participación directa del pueblo, de su mandante. Luego de la jornada electoral, ha ganado el pueblo ecuatoriano. Ahora el objetivo será consolidar y garantizar la democracia en el Ecuador”.

Margarita Carranco: Se evidencia una necesidad de cambios

“Toda la población ecuatoriana acaba de demostrar lo que quiere. Los resultados evidencian una necesidad de cambio. Después de esto, demandaremos, como sociedad civil, la construcción de políticas públicas que garanticen la transformación del Ecuador”.

Ruth Hidalgo: Ahora viene el mayor reto del Presidente

“Se viene el mayor reto del presidente Moreno. El punto de inflexión más grande será el nombramiento del nuevo Consejo de Participación Ciudadana y Control Social. Se ha identificado a esa entidad como la génesis de los procesos de concentración de poder”.

Lizbeth Paredes: La Asamblea podía resolver las preguntas

“Desde el Foro Nacional Permanente de la Mujer nos pronunciamos a favor del no en este proceso electoral, porque habían preguntas que podían resolverse directamente desde la Asamblea Nacional. Al pueblo se le debió consultar cosas importantes”.

Virgilio Hernández: Se empezará a cobrar el apoyo de los aliados

“¿Me pregunto qué dirán los estrategas del presidente Lenín Moreno, ahora que ya le empiecen a cobrar los apoyos de la campaña electoral sus aliados políticos? Luego de la consulta popular, obviamente, al margen de los resultados oficiales, ya perdieron”.

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