Redacción Quito
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El proyecto de restricción vehicular que propone el Municipio y que se aplicará durante las horas pico (07:00 a 09:00 y 17:00 a 20:00) tiene voces a favor y en contra. El plan pretende reducir un 20% del flujo de vehículos particulares que circulan en la ciudad y se aplicaría desde febrero.
Sonia Buendía trabaja en la av. 12 de Octubre y Roca y todos los días llega a su trabajo a las 09:00, desde el puente 1, de la autopista Gral. Rumiñahui, luego de dejar a su hijo en la escuela , a su hija en la universidad y a su esposo cerca de una parada del Trole, en El Ejido.
Buendía es asistente en una oficina y asegura que dejar su auto en casa complicará el recorrido que hace diariamente. “Cuando vives lejos de la ciudad es difícil movilizarse sin carro, claro que si tendríamos buses suficientes para poder hacerlo, deberíamos acostumbrarnos”.
Buendía forma parte del 20% de personas que tiene o se transporta en auto particular, mientras que los demás ciudadanos se trasladan por medio de buses urbanos, o en sistemas de corredores exclusivos como Trolebús, Ecovía y corredor Central Norte. Actualmente, en el sur de la ciudad se están construyendo dos corredores más, el Sur-Occidental (Miraflores-Quitumbe) y el Sur-Oriental (La Marín-Quitumbe ).
Pero para Luis Aguinaga esto no es suficiente. Él se traslada diariamente desde la Ferroviaria Alta, en el sur, hasta la Río Coca, en el norte. Este trayecto le demora cerca de 1 hora y 20 minutos. “Yo no tengo cerca el Trole ni la Ecovía, así que me toca aguantar el tráfico que se forma desde la Pasteurizadora (en el sur) hasta El Trébol”.
Esa es una de las críticas que tiene el Observatorio de la Movilidad. Según Mónica Heller, este proyecto se lanzó sin haber realizado un estudio técnico que respalde la decisión del Cabildo. “La ciudadanía tendrá que pagar por esta decisión y se verá afectada al no contar con alternativas a la restricción de su vehículo”.
Pero Diego Puente, de Ciclópolis, ve a esta iniciativa como una buena oportunidad para la ciudad y para los peatones. Sin embargo, acota que la medida debe ir acompañada de un mejor sistema de transporte público y una campaña donde se den a conocer nuevas alternativas de movilización. “El transporte debe ofrecer mejorar calidad”.
Los peatones y los ciclistas serían beneficiados con este proyecto, según Karina Gallegos de la Asociación del peatón. Gallegos cree que el éxito del programa se dará con la optimización del espacio público, adecuando el transporte de bus y el transporte colectivo, que está descuidado.
Puntos de vista
Gustavo Vaca , microempresario
‘Una restricción funciona si se planifica bien’
Un programa de esta magnitud funciona si se cuenta con la planificación y los estudios necesarios que son indispensables. Aún no se conoce lo que pasará con el transporte público, como los buses y taxis, pero puede ayudar a mejorar la circulación en la ciudad, especialmente en el sur de la ciudad donde el tráfico se ha complicado, desde la inauguración de la terminal Quitumbe.
Juan Moreno, empleado privado
‘La medida ayudará, pero no será la solución’
La situación vehicular en la ciudad es demasiado grave y un programa de este tipo puede ayudar, pero no es la solución total. La circulación mejorará si es que a largo plazo se aplica un nuevo sistema de transporte masivo que sea eficiente y haga que la gente deje de sacar sus carros y se pueda trasladar segura.