Premio a la mejor fanesca quiteña

Fanesca Quito

Fanesca Quito

En el Convento de San Francisco se realizó la premiación de 14 establecimientos que preparan la fanesca; también hubo una degustación de este potaje. Foto: Armando Prado/EL COMERCIO

En medio de cucuruchos y almas santas, los chefs de 14 restaurantes daban los últimos toques y retoques a cada uno de sus estantes. Eran las 11:00 de ayer, en uno de los jardines interiores del Convento de San Francisco y los invitados empezaron a llegar a la premiación de las mejores fanescas de Quito.

También arribaron los representantes de los cinco mercados que este año fueron reconocidos por la alta calidad de este potaje que ofertan. Allí estuvieron delegados de Santa Clara, Iñaquito, San Francisco, San Roque y Central.

Ellos recibieron una placa de reconocimiento, al igual que los 14 establecimientos que expenden la tradicional fanesca quiteña, bajo el concepto de una preparación basada en la tradición.

Luz Elena Coloma, directora de Quito Turismo, señaló que la Ruta de la Fanesca incorporó, este año, a los mercados porque son vivos actores de la culinaria. Antes, a los comerciantes se les impartió un curso sobre manejo de productos.

En estos centros de abastos, las recetas de este plato tienen, por lo menos, 70 u 80 años de tradición y las comerciantes de esos lugares venden alrededor de 20 000 a 30 000 fanescas todos los años.

También se mostraron tres preparaciones regionales. Miguel Burneos, coordinador del proyecto Rescate de los sabores tradicionales del Ecuador de la Universidad de las Américas, recordó que partiendo de la fanesca quiteña se elaboraron platos similares en Esmeraldas, El Oro y Azuay.

La de la ‘Provincia Verde’ destaca por el uso de la leche del coco y se sirvió con un encurtido de concha prieta. En cambio, la de El Oro tenía mariscos (calamares, langostinos, camarones, mejillones...). La de Azuay, además de los granos, usó pepa de sambo, achogcha, mote, quinua y se sirvió con el escabeche del pescado.

Todas son variaciones de la fanesca tradicional, acotó Burneos. Si bien no participaron en el concurso, son válidas como investigación, historia y como un aporte al acervo alimentario y cultural del Ecuador.

“Es cierto que hay cosas de la cocina tradicional que se pierden por innovaciones, por procesos nuevos, pero procuramos, al menos en estas épocas, rescatar las fórmulas viejas, aquellas que nos dejaron los abuelos”, indicó Jaime Burgos, propietario de la Octava de Corpus, ubicado en el céntrico barrio San Marcos.

Los 14 establecimientos premiados fueron seleccionados luego de casi cuatro meses de trabajo de Quito Turismo y el proyecto de investigación de la UDLA. El objetivo: promover a este plato emblemático y patrimonial de Quito.

Contó que la selección de los locales fue rigurosa, pues se evaluaron la parte nutricional, sanitaria y antropológica-histórica. De los 54 lugares participantes, solo 14 obtuvieron el más alto galardón, el denominado ‘Oscar’ de las fanescas de Quito, indicó Carlos Gallardo, promotor del evento y autor del libro ‘La fanesca quiteña’.

En la ceremonia de premiación estuvieron María Fernanda Pacheco, esposa del alcalde Mauricio Rodas; Carolina Báez, reina de Quito; autoridades municipales; personal consular; entre otros invitados.

Gonzalo Mendieta, vicerrector de la UDLA, ponderó -durante el evento- que “con las mejores fanescas de la capital se recobrarán los sabores del Ecuador, pues en este plato se reflejan nuestra historia y nuestro mestizaje”.

Este evento también sirvió para hacer el lanzamiento del libro ‘La fanesca quiteña, sabores festivos para todo el Ecuador’, en el cual se hace un breve relato histórico de la fanesca quiteña. Su autor, el chef Carlos Ayala, indicó que en “el libro está certificado que la fanescas es de Quito y del Ecuador”.

Desde esta semana y hasta el Domingo de Resurrección (5 de abril), en varios sectores de Quito se realizarán ferias de la fanesca, en las administraciones Eloy Alfaro y Quitumbe (sur), Eugenio Espejo (norte), Manuela Espejo (centro).

 

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