Martín Pallares
El señor Renzo Rafael Bernardi Giler ha enviado una carta en la que abomina una columna en la que me preguntaba si Rafael Correa se sentiría cómodo al asistir en Venezuela a una aparatosa parada militar por el aniversario de la batalla de Carabobo y que coincidió con la adhesión del Ecuador a la Alba.
Hago algunas observaciones a la carta, cuyo tono injurioso pedí que se mantuviera en su publicación de ayer.
En ningún lugar dije que la parada era en homenaje al ingreso del Ecuador a la Alba. Pero es obvio que fue en función de los actos militares que se programaron las actividades de los presidentes de la Alba.
Si el presidente Chávez fuera un estadista con conciencia civilista hubiera separado las actividades militares de las relacionadas a la Alba.
El señor Bernardi apela a la lógica para desbaratar mi lectura crítica al militarismo venezolano y dice, en alusión a la invitación al presidente Correa, que si la prima de él se casa y lo invita no está haciendo la fiesta en su honor. Pero si el señor Bernardi viviera en Siberia o Birmania y su prima decide programar la fiesta de acuerdo con el día en que estará en el Ecuador, entonces el significado de la fiesta de bodas hubiera sido distinto. Simple lógica.
Bernardi me acusa de parcializado. Creo que sería muy grave que alguien que estuvo en el lugar y escuchó todo lo que ahí se dijo no tomara una posición. Yo escribí una opinión sobre un acto que me impresionó por su carga militarista.
Bernardi, al comentar sobre mi calificación de “fascista” a la parada militar organizada por Chávez, dice que no debí sorprenderme, puesto que las fuerzas armadas de cualquier país son por naturaleza fascistas. Si él lo dice, debe conocer a profundidad el tema. Yo no tengo elementos que me permitan asegurar cosa semejante.
Jamás he recibido en este Diario una sola orden o insinuación sobre cuál debe ser mi posición sobre determinado tema ni me considero opositor, término que en estos tiempos se ha fundido con el de crítico.
Todas mis opiniones son autónomas y responden a mis convencimientos que, acertada o equivocadamente, he forjado a lo largo de mi vida. Mi posición crítica al alineamiento del Ecuador con un modelo político militarizado responde a esas convicciones.
Bernardi también considera que si viajé en el avión del Presidente no podía criticar. Seguramente cree, como Correa, que el avión es del Presidente y no del Estado. Que un periodista viaje en un avión estatal no significa que su posición deba ser la del aplauso.
El Estado somos todos, los que estamos a favor y los que estamos en contra del militarismo.
SOBRE UN ARTÍCULO DE LA SECCIÓN NEGOCIOS
María Rosa Fabara Vera, Presidenta Fecabe
En el artículo titulado ‘Un arancel para Colombia se analiza’, de la edición del 29 de junio, en la Sección Negocios, se menciona lo siguiente: “Y la primera en expresar su molestia, precisamente, fue la titular de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-Colombiana, María Rosa Fabara. Ella se pregunta por qué razón la medida se daría solo contra su país”.
La suscrita, María Rosa Fabara, no hizo declaraciones para el diario EL COMERCIO, sino para El Universo.
Al periodista de ese diario le aclaré que lo hacía como Presidenta de la Federación de Cámaras Binacionales del Ecuador–Fecabe, pues mi función como Presidenta de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-Colombiana había concluido.
La referencia a que habría reclamado porque la medida se dé solo en contra de “mi país” es totalmente inexacta, pues yo soy ecuatoriana, nacida en Ecuador de padres ecuatorianos, por lo que mi país es Ecuador y, porque no he pretendido , pues además sería irreverente, defender a Colombia.
EL COMERCIO ha sido siempre un medio imparcial y oportuno en la defensa de la apertura comercial, por lo que las impresiones publicadas estoy segura que se deben a la presión que debe entrañar una tarea tan difícil como la que cumple, y que les animo a continuar.