Los dueños de casas en la urbanización Nueva Gran Ciudad reclaman estructura de sus viviendas. Foto. Enrique Pesantes / EL COMERCIO
Los residentes de una de las etapas de la urbanización La Nueva Gran Ciudad, ubicada en el kilómetro 7 de la vía a Durán, realizaron una marcha este lunes 10 de noviembre, para reclamar por las malas condiciones estructurales de las viviendas y la falta de servicios básico.
Un grupo de residentes protestó, golpeando cacerolas, en los exteriores de la inmobiliaria Promaga, promotora del conjunto habitacional privado. Allí exhibieron fotografías que mostraban una serie de problemas estructurales y documentos alusivos a la presunta venta irregular de las casas. María Pacheco, una de los residentes, sostuvo que carecen de los servicios básicos.
Manifestó que no disponen de agua potable permanente, tampoco de sistemas de evacuación de las aguas servidas, ni del servicio de recolección de basura.
Los moradores dijeron que pagaron por sobre los USD 33 000 por las viviendas de dos plantas. Al respecto, reclamaron que el BIESS haya aprobado los préstamos pese a que las villas carecían de los servicios básicos. “Es una estafa, no nos quieren dar el agua. Llevo viviendo allí cinco meses y se ha vuelto un calvario”, gritaba Pacheco junto con otros 15 vecinos.
Ninguno de los representantes de la inmobiliaria se pronunció sobre las denuncias. Uno de los empleados, quien estaba dentro de la oficina, mencionó que proveen de agua a la urbanización a través de dos tanqueros. No obstante, los habitantes denunciaron que solo reciben el líquido una vez a la semana, para 50 familias.
“Queremos que se suspendan los pagos”, exigió Diana Figueroa, otra residente. Los habitantes de la urbanización se reunieron en septiembre pasado con directivos del BIESS en Guayaquil, para tratar el tema. “Les presentamos los avalúos, pero hasta la fecha no hay respuesta del BIESS”, reclamó Figueroa.