Tegucigalpa, Managua. AFP, DPA, Reuters, ANSA
La incertidumbre y la violencia se apoderaron de Honduras, después de que los militares destituyeran y expulsaran del país al presidente Manuel Zelaya, quien desde Nicaragua intenta recuperar el poder con el apoyo de la comunidad internacional.
En medio del creciente aislamiento internacional y la condena al golpe de Estado perpetrado el domingo, la tensión política crece en el país centroamericano.
Ayer, los enfrentamientos entre manifestantes, que protestaban contra la asonada, y fuerzas policiales y militares frente a la Casa Presidencial en Tegucigalpa, causaron varios heridos y detenidos.
Según la Cruz Roja, hasta 32 personas fueron conducidas al Hospital Escuela, el mayor complejo médico estatal de la capital. Fuentes médicas indicaron que algunos heridos presentaban golpes por las balas de goma disparadas por policías, que también hizo uso de gases lacrimógenos.
Los protestantes pertenecen al Bloque Popular, organización que aglutina a sindicalistas de instituciones estatales, estudiantes y campesinos, que en los tres años y medio apoyaron al defenestrado presidente Zelaya y ahora exigen su reintegro al poder.
Los manifestantes se habían concentrado previamente en los bulevares y cortaron el tráfico, después se dirigieron a la Casa Presidencial donde el presidente en funciones Roberto Micheletti juramentaba aparte de su Gabinete ministerial (ver nota compartida). Los seguidores de Zelaya buscaban ingresar con el fin de evitar que Micheletti conforme su Gabinete ministerial.
Mientras tanto, desde EE.UU. hasta el Grupo de Río, la ONU, la Unión Europea, Centroamérica y la Alba, se exige la restitución de Zelaya.
El mandatario de EE.UU., Barack Obama, aseguró que para su país Manuel Zelaya “sigue siendo presidente de Honduras”.
La Asamblea General de las Naciones Unidas, en cuya tribuna habla hoy Zelaya, examinó el “indignante ataque contra la democracia hondureña”, según palabras de su presidente, el nicaragüense Miguel d’Escoto.
La OEA tratará el caso mañana, también con la asistencia de Zelaya, quien dijo que, al otro día -el jueves- regresará a su país. “Voy como Presidente, a cumplir con mi mandato de cuatro años”, dijo en su intervención en la reunión del Grupo de Río en Managua.