La reconstrucción mueve las ventas en locales que ofrecen material pétreo y genera empleo a los albañiles. Foto: Marcel Bonilla/EL COMERCIO
La venta de cemento, ladrillos, arena, varillas y tablas para encofrado genera un relativo movimiento económico en la ciudad de Esmeraldas.
Los dueños de viviendas realizan el mejoramiento de fachadas, mampostería y reforzamientos de columnas, luego del terremoto del 16 de abril y las réplicas que se siguen sentiendo -con menos intensidad ahora-. Hay 183 inmuebles destruidos y 395 afectados en el cantón Esmeraldas.
Raúl Valencia es uno de los ocho oficiales que cargan la mezcla y levantan los andamios de caña guadúa, para reconstruir la fachada de una casa en las calles Malecón y Salinas, en el centro.
Desde hace 15 días trabaja como oficial de albañilería para ganar USD 90 semanales. “El sismo ha permitido que haya trabajo con las reparaciones de las casas afectadas”, comenta el hombre, de 24 años.
La restauración de paredes e interiores de las casas ha producido un mayor movimiento económico en la venta de arena, cemento, bloque y ladrillo.
Pablo Góngora, uno de los vendedores de cemento y arena en el sector de La Barraca, asegura que las reparaciones han mejorado la venta de arena.
Hasta hace dos meses, en su caso, vendía hasta 8 metros diarios. Actualmente despacha un promedio de 16 metros de arena y ripio, y hasta 40 pacas de cemento diariamente.
Los trabajos que se realizan en las zonas afectadas están haciendo que el dinero circule en la ciudad, aunque no en grandes cantidades, comenta.
A diciembre del 2015, Esmeraldas era una de las provincias de la Costa y la Sierra con la tasa de desempleo más alta. En ese año terminó con el 7,8%, una de las más elevadas con relación al resto de provincias, según la encuesta de empleo del INEC. A marzo de este año, esta entidad no ha publicado el desagregado de desempleo por provincias.
Con la actual reactivación no se sabe cuánta gente está empleada en este tipo de reconstrucción o refaccionamiento.
Desde la Cámara de la Construcción de Esmeraldas se hacen análisis para determinar cómo se mueve el negocio de la construcción, con estas pequeñas obras.
Por ejemplo, el constructor Enrique Muzo dice que una reparación cuesta USD 1 500 en adelante, dependiendo qué quiera el cliente y el tipo de material que se emplee.
Desde el lado del empleo, estos trabajos permiten la utilización de mano de obra calificada y no calificada, así como el aval de un ingeniero constructor, según el director de Obras Públicas del Municipio de Esmeraldas, Miguel Moreira.
Lo que se quiere es que haya garantía técnica en las obras y que finalmente tenga un responsable de las reparaciones que se hacen, después de recibir el aval del Municipio.
Alberto Valencia, quien es parte de la Cámara de la Construcción, explica que estos pequeños trabajos permiten el empleo de albañiles, oficiales y maestros de la construcción, que han encontrado una forma de ganar unos cuantos dólares.
Ese es el caso de Luis Calzada, maestro albañil, que tiene tres frentes de trabajo en casas que fueron afectadas por los sismos. Cada contrato le significa USD 1 500 en mano de obra, que comprende revestimiento de muros con ladrillos.
“Creo que no todo ha sido malo después de los sismos, porque en el caso de nosotros los albañiles, estamos teniendo trabajo para subsistir en medio de la falta de empleo”.
Esmeraldas también tiene una zona cero, ubicada en el centro de la ciudad, donde se registran las mayores afectaciones a casas y edificios, que después de una evaluación técnica serán remodelados y otros demolidos.
Uno de los edificios que está en reconstrucción se ubica en las calles Cristóbal Colón y Vicente Rocafuerte, centro de la urbe. Ahí 10 trabajadores mejoran la fachada del inmueble, reponen la mampostería, cambian vidrios y dejan limpias las paredes para volver a pintar. Este hotel fue uno de los afectados por el terremoto y las réplicas del 18 de mayo.
Mientras que en la Pedro Vicente Maldonado y Mejía, las casas de construcción mixta, que perdieron sus paredes por el movimiento telúrico, también son intervenidas.
El exdirector de la Dirección Provincial del Ministerio de Transportes y Obras Públicas, Walter Aguas, recomienda que en todas las intervenciones que se hagan se cuente con el aval técnico de los profesionales de la construcción.
La Sociedad de Ingenieros del Ecuador, capítulo Esmeraldas, que agrupa a cinco ramas de la ingeniería, contribuirá con el asesoramiento en todas las obras, según su presidente Luis Velasco.