He escuchado que las asambleístas Romo y Viteri, lejanas por sus tendencias políticas, se han unido para pedir al Fiscal General que renuncie por la forma en que se ha actuado en el lamentable y penoso caso de la señorita Emme.
Pues quiero unirme a estas asambleístas y elevo mi voz de protesta pidiéndole al Fiscal General que si algo de ética tiene, renuncie.
En el supuesto no consentido de que su esposa hubiese sido inocente, ningún miembro de la Fiscalía debió manifestarse y adelantar juicios de valor para defender “a la mujer del jefe”.
Es deleznable que se haya cambiado al Fiscal que actuó en las primeras instancias del accidente por una señora Fiscal quien decidió no recoger las versiones y declaraciones de quienes aseguraron haber visto a una señora bajarse del asiento del conductor para cambiarse de vehículo.
Y peor aún han pretendido desprestigiar a aquellos testigos que lo único que han hecho es declarar lo que han visto.
Por relaciones comerciales conozco a uno de los testigos a quien pretenden acallar con varios mecanismos que no vale la pena mencionar, pero su única verdad es que fue una señora que después se supo era la esposa del Fiscal quien atropelló a una pobre mujer que tuvo la desdicha de cruzarse con otra llena de orgullo y soberbia que no respetó ninguna norma.
Invito a los lectores que se unan al pedido de justicia sin impunidad a través de este medio, si es que nos lo permite, y remitan miles de cartas de adhesión por la renuncia del Fiscal y por el No a la Impunidad.