Madrid, AFP
Las remesas enviadas por los trabajadores extranjeros que viven en España a sus países cayeron un 9,7% en el 2009 frente al año anterior, pero subieron ligeramente en el cuarto trimestre en un contexto de recesión que afecta duramente a los inmigrantes.
En el 2009 los inmigrantes enviaron a sus países un total de 7 131 millones de euros (unos 9 595 millones de dólares al cambio actual), frente a los 7 898 millones de euros enviados en el 2008, es decir, un 9,7% menos, según datos publicados el miércoles por el Banco de España.
Se trata de una caída mayor que la del 7,2% registrada en el 2008 frente al año anterior.
Pero en el cuarto trimestre del 2009 los envíos de dinero al exterior subieron ligeramente y alcanzaron los 1 911 millones de euros (2 571 millones de dólares), es decir, un 1,16% más que los 1 889 millones del tercer trimestre.
El récord de envío de remesas se alcanzó en el 2007, con 8,449 millones de euros, en un contexto de una fuerte llegada de inmigrantes en la última década que con la crisis se ha frenado. España es el primer país emisor de remesas de la Unión Europea, según la Comisión Europea.
Los envíos fueron bajando en paralelo al inicio de la recesión en España, en el último trimestre del 2008, y en el primero y segundo trimestres del 2009 cayeron a niveles de inicios del 2006, a algo más de 1 600 millones de euros, coincidiendo con la fase más dura de la crisis.
Sin embargo, comenzaron a recuperarse a partir del tercer trimestre y siguieron esta tendencia en el cuarto trimestre, en que también subieron un 1,78% más que en el último trimestre del 2008. Se trata de la mayor cifra de los cinco últimos trimestres.
A falta de datos del 2009 por países, en el 2008 quienes más mandaron dinero fueron ciudadanos de Colombia, Ecuador y Bolivia. Más de la mitad se envió a América Latina.
El considerable crecimiento económico experimentado en España en la última década llevó consigo una fuerte llegada de inmigrantes, que actualmente suponen casi el 12% –más de 5,6 millones, cifra que se ha multiplicado por cinco en una década, según datos oficiales — de una población española de 46,7 millones de habitantes.
De los 5,6 millones de extranjeros, casi 2 millones proceden de América Latina, y por países encabezan la lista los marroquíes, rumanos y ecuatorianos.
Pero la recesión causó un 10% más de desempleo, que pasó de menos del 8% antes de la crisis al 18,8% actual (4,3 millones de personas) y se prevé que alcance del 19,7% el próximo año.
La pérdida de trabajo perjudica al colectivo inmigrante más que la media española: en el cuarto trimestre del 2009 el desempleo afectó al 29,7% de la población activa extranjera, es decir, un 11% más que la media, después de una pequeña mejora a mediados de año.
La crisis ha frenado la llegada de inmigrantes y el gobierno socialista español ha dado por concluida la que ha llamado “década prodigiosa” para los extranjeros en España y que ha dado paso a un nuevo ciclo con menos llegadas.
La economía española registra crecimiento negativo desde el tercer trimestre del 2008 –después de alcanzar una expansión del 3,7% en el 2007 — y en el 2009 el PIB cayó un 3,6%.
Sin embargo, durante el año pasado hubo una recuperación y en el último trimestre del 2009 la caída fue de solo el 0,1%.
El ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero estima que lo más duro de la crisis ha pasado y espera que el producto interior bruto (PIB) se recupere a finales de año, aunque la cifra del total del 2010 seguirá siendo negativa.
Según cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las remesas que envían los migrantes a América Latina totalizaron cayeron en el 2009 un 15% respecto al 2008 y alcanzaron los 58 800 millones de dólares.