Eduardo y Janeth disfrutan de las vacaciones con sus nietas Rafaela y Doménica. Foto: Daniela cevallos / EL COMERCIO
La rutina en los hogares cambia en época de vacaciones. Levantarse tarde, salir de paseo o ir al vacacional son algunas actividades que se vuelven parte de la jornada de los niños y, también, de muchos abuelos.
Mientras padres y madres trabajan, el cuidado de los hijos recae en los abuelos, quienes refuerzan su ayuda durante la época de verano.
Lilia Arauz es abuela de Sofía, de 8 años. Ella cuida a su nieta mientras sus padres trabajan. Dice que no es una carga ni mucho menos una preocupación, ya que disfruta todo el tiempo que pasa con la niña.
En la mañana se encarga de llevarla al curso vacacional de ballet en la Casa de la Cultura, en el norte de Quito.
Mientras la pequeña está en el curso hasta las 12:00, Arauz va a su casa en Conocoto para preparar el almuerzo. Otros días aprovechan para salir y comer algo diferente.
Cuando no acude al curso, Lilia y Sofía se dedican a jugar, conversar o ver películas. Otros días visitan los parques o acuden a algún museo o centro de entretenimiento en la ciudad para salir de la rutina.
Pero también hay días para pasar en casa. Ahí Sofía ayuda a su abuela en algunas labores domésticas.
En sus paseos no faltan las golosinas o los helados, por eso Lilia cree que en vacaciones se gasta mucho más que cuando los niños están en clases. Ella, por ejemplo, necesita un mínimo de USD 10 diarios para transporte y alimentación.
Esto no es un problema, ya que es una oportunidad para compartir con su nieta y ser parte de su crianza.
En la Encuesta Niñez y Adolescencia desde la Intergeneracionalidad, un estudio realizado por el Observatorio Social del Ecuador en el 2016, el 10% de niños y niñas menores de 5 años son cuidados por sus abuelos y abuelas durante la jornada laboral.
El 40% de niños entre 5 y 17 años conversa con sus abuelos, un 28% ve televisión o películas y un 23% sale de paseo o de compras. Se trata de las actividades más frecuentes en tiempos libres, según la encuesta.
Eduardo Astudillo y su esposa Janeth disfrutan de las vacaciones con sus nietas Rafaela, de 8 años, y Doménica, de 4. Visitas al parque, caminatas y paseos son algunas actividades que realizan en este verano.
Ayer, las niñas y sus abuelos visitaron el parque El Ejido, en el centro-norte de la urbe. En ese espacio jugaron en la resbaladera, columpios y otros juegos infantiles. Ambos cuidaban a las dos pequeñas.
Para Lorena Torregrosa, especialista en geriatría del Hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) Quito Sur, el involucramiento de los abuelos con los nietos tiene efectos positivos para las dos partes. A través de actividades recreativas con los niños, el adulto mayor se mantiene activo física y mentalmente.
En el aspecto emocional, por ejemplo, les inyecta alegría y se sienten útiles. En el social también hay beneficios, ya que con los paseos o visitas a lugares públicos se fortalecen las relaciones interpersonales al compartir con otras personas de la misma edad.
Cuando un niño recibe cariño y escucha experiencias de un adulto mayor mira el mundo desde otras visiones y se fortalece su formación.
Para Torregrosa, los niños que comparten con sus abuelos son más felices y estables psicológica y emocionalmente.
Luzmila Romero tiene tres nietos: Doménica, de 13 años, Tiago, de 10, y Martín, de 5. Ella siente que el compartir con los niños le aporta alegría y le hace volver a la niñez.
En vacaciones, por ejemplo, aprovecha para salir al cine, al parque o cocinar algo en casa. Lo hacen mientras papá y mamá cumplen su jornada laboral. El mayor reto -dice- es sacar energía para seguir la dinámica de los niños.
En su caso no hay un incremento en su presupuesto, ya que lo que invertía en la época escolar se destina a las actividades recreativas, paseos o cursos vacacionales.
La oportunidad de cuidar y compartir con los nietos no debe desaprovecharse, porque además mejora el estado de la memoria y el físico. La falta de actividad física y el aislamiento tienen efectos negativos en el adulto mayor. La depresión, la discapacidad física o efectos en el sistema inmunológico pueden ser resultado de no mantenerse activo.