Reformas electorales, ausentes de la enmienda

Esta semana, el bloque Alianza País tiene previsto llevar hasta la Corte Constitucional (CC) el pedido de enmienda constitucional  para dar vía libre a la reelección indefinida.

Mientras el debate gira alrededor de si este proyecto debe tramitarse vía enmienda (aprobada por los legisladores) o vía reforma (por consulta popular), ha quedado de lado la discusión de las reformas electorales que se debería introducir en el Código de la Democracia, en caso de que el plan del oficialismo se consolide.


Según recoge la publicación de un medio público, la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, cree que el proyecto de enmienda podría ampliarse a otros cambios constitucionales. Incluso Rafael Correa sugirió bajar de 35 a 32 años la edad mínima de quien desee competir por la Presidencia de la República.


Pero nada ha dicho la mayoría de legisladores oficialistas sobre las medidas complementarias que conllevaría ampliar de manera indefinida la reelección. “Sería bueno”, “indudablemente es necesario”, “no se lo niega” suelen ser sus respuestas cuando son consultados sobre los cambios al Código de la Democracia. Pero al momento de pedirles mayores precisiones, toman distancia.


Reformas necesarias


Los personeros del Consejo Nacional Electoral (CNE) no dejaron de señalar que se encontraban “atados de manos” para sancionar infracciones electorales, ante los reiterados cuestionamientos de veedores internacionales, grupos políticos y medios de comunicación por el poco control en la campaña para las elecciones del 23 de febrero.

El punto más dramático de ese vacío fue la realización de la sabatina en la víspera de los comicios, cuando imperaba la veda electoral y el Presidente informaba sobre las obras realizadas por la Revolución Ciudadana en Quito.


Por ello, el exvocal del CNE, Fausto Camacho, sostiene que la reforma al Código de la Democracia debe ser una prioridad de la agenda nacional sin pensar siquiera en la re-reelección. “Con enmienda o reforma el Código de la Democracia necesita ser reformado”.


Camacho coincide con las actuales autoridades electorales en que hay vacíos que se evidenciaron en las elecciones del 2013 y 2014 bajo la tutela del actual Código. Por eso cree que la reforma debe ser sobre los siguientes puntos básicos: control del financiamiento de las campañas, límites del gasto electoral, uso de bienes del Estado y “normas reguladoras y punitivas aún insuficientes”.

Lo cierto es que el tiempo apremia. Una reforma a la Ley electoral, al igual que el proyecto de reelección indefinida, debe implementarse cuanto menos un año antes de las elecciones del 2017.

El CNE recién está socializando un plan de reformas. Además, ya han sido aceptados por el Consejo de Administración Legislativo, 4 proyectos de reformas, uno de ellos del presidente Correa. 


A Gabriel Rivera, de A. País, no le preocupan tanto estos cambios electorales porque existe el principio de la “irradiación constitucional” que modifica de manera inmediata cualquier ley que entre en tensión con la Carta Magna. 


Sin embargo, si se deja el Código de la Democracia tal como está, Ruth Hidalgo, de la Corporación Participación Ciudadana, advierte que“se elimina toda posibilidad de competir” porque uno de los problemas más graves es la falta de control en la publicidad oficial y el gasto electoral.

Así, la idea de la reelección se daría “en una cancha abierta para actuar porque el poder tiene todos los privilegios, que no excluye el de la exposición mediática”.

En contexto

La reelección indefinida es un tema constitucional. Sin embargo, toca también el ámbito electoral. Ningún asambleísta se refiere a los cambios que se requieren en el Código de la Democracia, que deben ser realizados el menos un año antes de un proceso electoral.