Jorge Ordóñez. Decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de las Américas
Redacción Quito
Quito cumplió 31 años como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Sin embargo, en el Centro aún hay problemas con el tránsito y la inseguridad. ¿Por qué cree que las autoridades municipales tienen dificultades para resolver esos inconvenientes?
La recuperación del Centro ha sido un proceso de largos años. La intervención ha abarcado varios aspectos que creo que deben también ser valorados. Evidentemente, quedan muchas cosas por hacer. En cuanto al tema de transporte, fue una ayuda importante haber hecho el Trolebús, pero aún queda la circulación de vehículos livianos que es un nuevo reto para la administración. En tanto que la inseguridad es otro tema que hay que resolver con una visión integral de la urbe.
Una de las sugerencias que han hecho los técnicos es que el Centro Histórico sea peatonalizado. ¿Eso funciona en Quito, que es una ciudad muy angosta? ¿No complicaría eso el tránsito vehicular?
Generalizar que todo el Centro sea peatonalizado es difícil, pues, por su forma y tamaño, requiere facilidades de circulación; deben haber vías con uso restringido. Por ejemplo, evitar el cruce hacia otros sectores de la ciudad, tener vehículos alternativos que no contaminen. Estos deben tener una circulación perimetral, con el fin de también facilitar el acceso al Centro y pensar en las personas que aún viven allí.
¿Por qué está aquí?
Su experiencia. Fue Director General de Planificación del Municipio de Quito desde 1997 hasta 2000. Además, ha realizado cursos sobre Desarrollo Urbano, en el exterior.
Su punto de vista. El Centro debe ser un atractivo turístico que genere ingresos con los que se pueda mantenerse.
Hasta antes de 2003, el casco colonial era considerado zona roja. ¿Poner policías sin un plan integral de convivencia es suficiente para cambiar la percepción?
El Centro es una superficie grande, que antes tenía zonas en donde había actividades peligrosas. Creo que ahora eso ha disminuido, precisamente por el mejoramiento de sectores como La Ronda. Hay una buena inversión pública y un cuidado de las autoridades que con el tiempo se ha consolidado.
Si bien en 2003 se reorganizaron las ventas ambulantes y se rehabilitaron los bienes patrimoniales ¿por qué no se hizo un plan integral para mejorar la situación, por ejemplo, en San Roque, donde está el ex Penal?
Esa es una de las tareas que no ha sido enfrentada. Las operaciones urbanas son complejas, no es cuestión de una disposición, hay que negociar con usuarios, vecinos y trabajadores para llegar a un acuerdo. Además, es una decisión que debe ser tomada por el Gobierno Nacional, claro que el Municipio debe presionar para que se traslade a otro lugar.
¿No significa eso que solo fue una renovación estética y no muy profunda?
Hay varios factores que intervienen en esto. Primero se debe preservar los bienes patrimoniales. El ex Penal en su momento fue una obra representativa que no se debe descuidar. Su uso adecuado es importante.
En ese mismo sentido, en 2003 se criticó a la Alcaldía porque su plan de recuperación del Centro fue elitista, es decir, los planes de vivienda eran solo de lujo… Aún hay problemas de tugurios en la periferia del Centro, como en La Colmena, La Ermita, San Roque…
Uno de los mayores problemas que tiene el Centro son las condiciones inadecuadas de las viviendas. Existe hacinamiento, falta de infraestructura… El problema de vivienda no ha sido tratado de manera profunda. Se han realizado acciones aisladas, por ejemplo la intervención de la calle Caldas. Los recursos del Fonsal ya han sido utilizados en monumentos, pero, ahora, creo que el esfuerzo debería orientarse a la vivienda. Tal vez con programas de rehabilitación en las manzanas y generar un proceso permanente de rehabilitación.
Las bajas ventas en los centros comerciales hacen que los vendedores crean que en las calles estaban mejor ¿es necesario dar mayor apoyo para que el plan del comercio minorista no fracase en un futuro cercano?
Sí, creo que es un problema muy serio que debe ser enfrentado. Si no hay las condiciones adecuadas, el negocio no va a ser rentable. No creo que la solución esté en la calle. Debe haber una acción para que la parte económica, social y la ambiental estén garantizados, para todos quienes usan, habitan y trabajan en el Centro Histórico.
¿Los quiteños saben que también existe un bien intangible en el Centro?
Creo que se ha avanzado bastante en la información, pero es una tarea que debe preocuparnos más. La importancia que el Centro tiene para la humanidad debe ser difundida desde las escuelas; con los más pequeños.
¿Cree que solo hay preocupación en el tema patrimonial cada 8 de septiembre?
Está bien que esas fechas sean la oportunidad de reflexionar sobre el tema, pero la preocupación debe ser permanente. En ese sentido creo que en la gente sí hay una cultura generalizada de valorar el Centro Histórico.
¿Hacia dónde deben ir las nuevas autoridades con el concepto ‘patrimonio’?
Hacia constituir un Centro Histórico con una alta calidad de vida, con facilidades para los residentes. Que haya más bien una demanda por ir allá y que sirva como un atractivo turístico que genere el ingreso de recursos para seguir conservándolo.