El exministro de Cultura Raúl Pérez Torres solo ocupó media hora para defenderse en el Pleno de la Asamblea

Raúl Pérez Torres, exministro de Cultura, compareció en la Asamblea por el juicio político que pesa en su contra. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Raúl Pérez Torres, exministro de Cultura, compareció en la Asamblea por el juicio político que pesa en su contra. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Raúl Pérez Torres, exministro de Cultura, compareció en la Asamblea este miércoles 15 de enero del 2020 por el juicio político que pesa en su contra. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

El exministro de Cultura, Raúl Pérez Torres, usó solamente 37 minutos de las tres horas a las que tenía derecho, para defenderse del juicio político impulsado en su contra por los asambleístas del correísmo Cristóbal Lloret y Lira Villalva.

Ante el Pleno del Parlamento, el exfuncionario se presentó este miércoles, 15 de enero del 2019, como un luchador contra la corrupción y cuestionó la Ley de Cultura que fue aprobada a finales de 2016, en el Gobierno del expresidente Rafael Correa.

Con su voz pausada, y en momentos en que los asambleístas entraban y salían del hemiciclo, Pérez Torres calificó de "surrealista" a este proceso de interpelación, cuando el país, dijo, tiene otro tipo de preocupaciones.

El exministro deslindó sus responsabilidades en la asignación de recursos para los núcleos provinciales de la Casa de la Cultura, que se constituyó en el principal argumento de los interpelantes para este proceso.

Para ello, citó el artículo 140 del reglamento de la Ley Orgánica de Cultura que define la fórmula para la distribución de los fondos que, según precisó, no son consignados por el Ministerio del ramo, sino por el de Finanzas.

Pérez Torres pidió que se rechace el juicio político, pues adujo que establecer responsabilidades políticas sin respaldo crea un peligroso antecedente para la consolidación democrática.

Aseguró que por 60 años ha estado vinculado a la cultura, sin tener ningún título académico, sino los reconocimientos nacionales e internacionales en calidad de escritor.

Señaló que la designación en ese cargo por parte del presidente, Lenín Moreno, no fue por su experiencia administrativa, sino por su identidad con la literatura. Y que renunció por cuestiones familiares, a mediados del año 2019. 

Después de su intervención, abandonó el hemiciclo y anticipó que no regresaría al Pleno para una réplica a sus interpelantes. Adujo que debía atender una cita médica. Algunos legisladores del oficialismo lo aplaudieron.

Por pedido de Lloret, el vicepresidente, César Solórzano (PSP), dispuso constatar quórum en la sala, antes de continuar con el trámite. Por lo menos una decena de asambleístas retornaron a la carrera a la sala y se registraron 83, un número insuficiente como para que este caso termine en una censura, en cuyo caso se requieren de 91 voluntades. Hasta las 18:00, la sesión continuaba.

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