Rescatistas especializados trabajaron entre los escombros del viejo Hotel Royal, popular por su cercanía al mar. Foto: José Jácome / EFE
La remoción de escombros en los edificios arrasados por el terremoto continúa, en un titánico intento por rescatar a las personas que quedaron atrapadas entre toneladas de concreto. El escenario es desolador, luego de más de 72 horas del remezón, que destruyó el 90% de las edificaciones del centro de Pedernales en cuestión de segundos.
Aunque las tareas de rescate de las víctimas son incesantes, ayer parecieron intensificarse con un mayor número de socorristas y equipos especializados, incluso de países como Colombia, Perú y Chile.
Ahora, con cada vez menos esperanzas de recuperar a personas con vida, los trabajos se concentran en el rescate de los cuerpos en diferentes frentes y con diversos equipos especializados. En lo que hasta el sábado era el Hotel Stephany, una edificación de tres plantas, la remoción de escombros concluyó ayer, al igual que en otros inmuebles más modestos levantados a lo largo de 600 metros del malecón.
En las aceras adoquinadas del malecón, el movimiento telúrico dejó ondas petrificadas en medio de las chozas.
Allí mismo, pero 200 metros al sur de la playa, los esfuerzos se multiplicaban en el Hotel Royal, una estructura de cinco pisos, que tenía gran acogida entre los turistas, por su cercanía al mar.
Isabel Manzaba agradece a Dios no haber estado en el hotel cuando se produjo el desplome de la edificación. Ella trabajaba en la Administración y su hora de ingreso era a las 19:00. Ayer, mientras observaba los trabajos de remoción de escombros, relataba que se aprestaba a ingresar cuando sintió el terremoto y vio como el hotel se iba al piso, en medio de una espesa nube ocre.
La mujer laboraba en el Royal desde hace nueve años, por ello sabía que era demandado por turistas de la Sierra.
“La mayoría de huéspedes ese día vino para asistir al matrimonio de una chica de Portoviejo, y de su novio de Quito. Nadie se salvó”.
Los socorristas presumían que cuatro personas hasta la tarde de ayer permanecían entre los escombros. Se trata de un padre y uno de sus hijos de 6 años, y dos jóvenes mujeres. Creen que se hallan en dos de las 11 habitaciones.
Desde el domingo a la zona llegaron especialistas del Grupo de Intervención y Rescate y de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida (Dinased) de la Policía, también 16 socorristas del Cuerpo de Bomberos de Pasto, Colombia. Ricardo Méndez, jefe del Grupo de Búsqueda y Rescate de los bomberos de esa localidad colombiana, lideraba la operación.
Para llevar adelante la misión de buscar a sobrevivientes entre las edificaciones caídas, se dividieron el trabajo por grupos, de cuatro rescatistas cada uno.
De esa forma todos “peinaron” los escombros apoyados del olfato de canes adiestrados.
En el popular Hotel Royal, los pisos colapsaron uno sobre otro, y los escombros se regaron a lo largo de la calzada. En otras construcciones cercanas, las edificaciones se desplomaron sobre las contiguas, en un efecto dominó.
En la calle Juan Pereira, que corre paralela al malecón, dos retroexcavadoras apresuraban la remoción de los escombros.
En esta vía todas las edificaciones cedieron, excepto las de una planta, que se resquebrajaron, y un puñado de viviendas de construcción mixta, de cemento y madera.
Elva Alcívar todavía no sabe cuándo retornará a Pedernales, o si es que lo hará, luego de que su casa de dos pisos, donde había adecuado un espacio para en el futuro abrir una boutique, se cuarteara.
“Es un riesgo, solamente nos queda derrocarla. Ahora nos vamos a la vivienda de unos familiares, porque aquí es inseguro”, comentó.
Al estadio Maximino Puertas, convertido en centro de operaciones de la ayuda gubernamental, siguen llegando personas que buscan desesperadamente a sus seres queridos. Presumen que quedaron atrapados dentro de las edificaciones colapsadas.
Además de la información que reciben de las entidades de socorro, un grupo de psicólogos del Ministerio de Salud les brinda apoyo emocional.