Los locutores de La Voz de Aiiech, preparan su programación en kichwa y español. Foto: EL COMERCIO
Tras el rompimiento de la Confederación de Pueblos, Organizaciones y Comunidades Indígenas Evangélicas de Chimborazo (Conpociech) con su brazo político, el movimiento Amauta Yuyai, los nuevos directivos han definido su postura política como neutral y tienen claras sus prioridades.
Una de ellas es el fortalecimiento espiritual de la organización y la formación de nuevos líderes juveniles que en el futuro asumirán la representatividad del movimiento. “Es tiempo de que los jóvenes nos tomen la posta. Ellos son los responsables de reparar los errores políticos para recuperar la fuerza. Para nosotros lo primordial es que ellos se formen con los valores espirituales que promovemos”, explicó Pedro Fernández, presidente de la Conpociech.
En enero, él asumió la dirección de esta agrupación a la que pertenecen cerca de 85 000 indígenas que asisten a 700 iglesias evangélicas en los 10 cantones de la provincia. La mayor cantidad de militantes está concentrada en Guamote, Colta, Riobamba y Pallatanga.
Para cumplir con este objetivo, la nueva directiva planifica efectuar en este año varios talleres de capacitación y motivación.
Allí los jóvenes aprenderán, además de los conocimientos teológicos que difunden los pastores, a promover el liderazgo, también sobre la realidad social de la gente indígena y el contexto nacional.
Además, las programaciones que se emiten en dos radios que pertenecen a la Conpociech son estratégicas para difundir la filosofía de la organización. La Voz de la Aiiech 101.7 en FM, y Conpociech 9.50 en AM, son las frecuencias que al momento están registradas como radios públicas, pero que este año esperan se las concesionen como comunitarias.
La primera radio en AM fue fundada por un grupo de misioneros extranjeros en 1961. El propósito era evangelizar al pueblo indígena. En 1999, cuando la organización se declaraba con un fuerte poder político, adquirieron la segunda frecuencia en FM.
La señal de las radios tiene cobertura provincial e incluso llega a algunos sectores de Bolívar y Tungurahua. Allí se emiten contenidos informativos, de entretenimiento, teológicos y filosóficos en quichua y español.“Nuestro objetivo es continuar con la misión de los pastores que iniciaron las radios, queremos mantener a nuestra organización unida y promover espacios para la participación de los jóvenes, que son quienes nos representarán en un futuro próximo”, contó Manuel Tenemaza, gerente de ambas radios.
Él está consciente del daño que la fractura de los dirigentes que militaban en Amauta Yuyai le causó a la organización, pero afirma que la solución para que la Conpociech recupere su fuerza es la restauración de las bases. “Hubo resentimientos entre los dirigentes. A lo mejor aspiraban candidaturas y cuando no las tuvieron se aliaron con otros partidos políticos; algunos apoyaron a Avanza, otros a SUMA… eso nos perjudicó”, opina Tenemaza.
Las programaciones radiales se crean en base a las necesidades de la Conpociech. Por eso, los locutores y programadores reciben capacitación permanente sobre la elaboración de guiones y la selección de contenidos. El programa Kawsaymanta Parlashun, un término quichua que significa ‘Hablando de lo nuestro’, por ejemplo, es un programa juvenil donde se abordan temáticas relacionadas con la importancia de la actuación de los jóvenes, conforme a las escrituras bíblicas.
El director del programa es Hugo Guamán. Habla en kichwa y español para que el programa tenga aceptación en los cuatro cantones con más indígenas evangélicos.“Los chicos nos envían mensajes de texto, les gusta sentirse escuchados y enviar saludos”, cuenta el locutor mientras se prepara la cabina. Ese es un enganche para ganar más radioescuchas. Entre canciones cristianas y saludos, Hugo empieza a hablar de Dios y a motivar a su audiencia a asistir a las reuniones eclesiales y a participar en las iniciativas de la Conpociech, como campamentos juveniles, encuentros masivos, etc.
Para Fernández, solo de esta manera la organización recuperará los espacios perdidos, pues según él, Amauta Yuyai es un movimiento político que por el momento se mantiene independiente a la organización. “Desde que asumimos el mando no hemos tenido diálogos con Amauta Yuyai, además de que no hay contiendas políticas próximas”, dijo.
Por el momento, Fernández no está preocupado por la relación con el movimiento político, pues según él, la Conpociech fue creada con propósitos religiosos y aunque la participación política es necesaria, también ha causado desunión.