Washington. AFP
Treinta años después del éxito mundial de Fiebre de sábado a la noche , el cantante de los Bee Gees, Robin Gibb, presta su voz para promover la protección de los derechos de autor en la era de la piratería informática, un combate que defendió apasionadamente en Washington, EE.UU.
“En este momento la atmósfera no es sana para la industria musical” , dijo en una entrevista con la AFP Robin Gibb. Él es presidente de la Confederación internacional de sociedades de autores y compositores (Cisac), en la segunda edición de la Cumbre mundial del derecho de autor en Washington, consagrada a la piratería en Internet.
“Todo está tan dividido debido a la descarga, los formatos que usan las radios y hasta las cadenas de televisión, que ya no muestran videos sino juegos de preguntas y respuestas” sobre la música, añadió Gibb.
“Estados Unidos y Gran Bretaña deben asumir el liderazgo en el combate contra la piratería para preparar el terreno para futuros autores de éxitos”, estimó. Han sido los dos países donde floreció la canción popular en los últimos 40 o 50 años y son “mercados muy importantes ” .
Acotó que es importante que la administración de Obama se tome en serio el derecho de los autores y la propiedad intelectual, porque es un producto.
“Mi papel, como presidente de la Cisac, es atraer lo más posible la atención sobre el problema de los derechos de autor para que (los artistas) puedan beneficiarse mejor de su producción intelectual frente a las nuevas tecnologías ” , añadió.
La Cisac agrupa más de 200 sociedades que representan más de 3 millones de creadores en 109 países.
Según el Congreso estadounidense, la piratería en Internet cuesta a las empresas estadounidenses dedicadas a este negocios más de USD 25000 millones cada año.