Redacción Espectáculo
Si el negro predominó en la vestimenta de quienes asistieron el viernes al Quitofest, el sábado, en la segunda jornada, camisetas de diferentes colores llenaron la cima del Itchimbía. Los atuendos eran prueba de la diversidad de estilos que componían la cartelera.
Desde el hip-hop hasta el pop-rock, los ritmos convocaron a públicos de distintas tendencias. Esto no significo conflictos entre los cerca de 45 000 asistentes, todo se desarrolló en un ambiente de paz, de unidad, de ‘buena vibra’ y, sobre todo, de música.
Unidad con la música
Tras las presentaciones, los grupos brindaron una rueda de prensa. Todos los artistas invitados felicitaron a la organización del evento y apoyaron su continuación en años siguientes.
El sonido y la seguridad fueron puntos a favor del Quitofest. Tanto así que, entre el público, había niños pequeños.
Los voceros de la ONU tuvieron su espacio sobre escena para explicar las campañas que apoyó el festival en su séptima edición.10 bandas nacionales y extranjeras desfilaron sobre el escenario. Lado Sur inició la jornada con rimas que concienciaban sobre la realidad social. Desde el rap, su mensaje caló en el movimiento juvenil urbano. Su mensaje no fue el único que llamaba a la concordia. Las campañas de las Naciones Unidas en contra del maltrato a la mujer y del sida, en apoyo a los refugiados y a los derechos humanos tuvieron a los artistas como sus voceros.
En la tarde, el sol invitaba a la diversión y Humanzee, de Ecuador, subió al escenario con una buena mezcla de sonidos electrónicos. El ska llegó con la música y la fuerza en escena de La Piñata y el punk con Los Mox. El trío chileno sorprendió con letras irreverentes. “No somos personas que se rigen por la religión, sino por una relación personal con Dios”, la frase de los ecuatorianos Spiritual Lyric Sounds ponía de manifiesto la vinculación del reggae con la espiritualidad. Junto a ellos, subió Guanaco al escenario.
Luego, la guitarra distorsionada de The Vox se extendió por sobre el parque. Era la primera vez que su música sonaba fuera de las fronteras de Panamá y en el grupo no podían dejar de mostrar cuán felices estaban. Otra explosión de energía fue la de Guerilla Clika. Tras lanzar preservativos a la audiencia, los músicos señalaron que “las bandas ecuatorianas tienen personalidad propia”.
Austin TV es la novedosa propuesta mexicana que llegó con máscaras de hojas y música instrumental. Su idea es que la gente interprete sus temas libremente. Chiosan, integrante, dijo que era fácil expresarse sin palabras: “La música no tiene barreras”.
Un despliegue visual de animación acompañó a las canciones de CanCan. Mala influencia y UIO se interpretaron desde el bajo de Toño Cepeda, la guitarra de ‘Pichu’ y la voz de Denisse Santos.
Otra voz, la de Adrián D’Argelos, causó delirio en el público. Babasónicos, con gestos sugerentes y actitud ‘rock star’, puso en el Quitofest temas reconocidos: Putita, ¿Y qué?,
Carismático, Yegua, Pendejo… Luego de su actuación, D’Argelos manifestó su contento por la despenalización de la marihuana en Argentina y por el trabajo de los grupos independientes de música en Latinoamérica.