La Zona Azul se amplía a otros dos sectores

La aplicación de la Zona Azul a Santa Clara y a la segunda etapa de La Mariscal se concretó ayer. En las calles La Niña y Amazonas, Rosa Morante cuida los autos. Antes, ella cobraba USD 0,50 a cada chofer.

“Toda la plata que ganaba era para mí. Ahora, la mitad es para los municipales y tenemos que poner de nuestra plata para comprar los tiques (USD 10)”.

Manuel Carcelén trabaja desde hace 38 años cuidando autos en la calle La Pinta y Juan León Mera. Está de acuerdo con el sistema. “Es buena idea. Aquí dejaban los carros todo el día. Había personas que no daban ni 20 centavos. Ahora tienen que pagar obligatoriamente”.

Fernando Gómez parqueó su carro en esa calle, ayer. “Me parece bueno, porque antes era difícil encontrar espacio”.

Hay quienes opinan diferente. Roberto Alvarado es dueño de una cebichería en la calle Santa María. “Me parece muy molestoso. Yo dejaba mi auto en la puerta, ahora tengo que pensar en dónde dejarlo o venir caminando. Yo no puedo pagar cada dos horas USD 0,40”.

En el sector de Santa Clara, Nelson Lara cuida carros en la Marcheno y Versalles. “No me conviene. Ya no viene tanta gente porque no quiere pagar. Y el tique vale más”.

Dueños de negocios como Humberto G., del local Súper Junior, en la calle Marcheno, dijo que la Zona Azul le perjudicó. “No toman en cuenta cuántos comercios van a matar. Yo vendo una botella de licor a USD 6,50. Si se estaciona aquí, al comprador le sale a USD 6,90. Si va al Santa María donde hay parqueadero gratis, la botella cuesta USD 6,50. ¿Adónde va ?”.

El arquitecto Bolívar Muñoz, jefe de la unidad de estacionamientos de la Epmmop, informó que en marzo no se sancionará a la gente que sobrepase el límite de horas permitido, por ser un tiempo de adaptación”.

Con Santa Clara y la segunda etapa de La Mariscal se suman 2 158 plazas de estacionamiento para la Zona Azul. Funcionarios de la Epmmop hicieron el levantamiento de la información, realizaron el registro de distribuidores de tarjetas y talleres de capacitación, marcación de vías, instalación de señalética, información ciudadana y socialización, entre otras medidas.

Unas 166 personas están autorizadas para la venta de tarjetas en esos sectores.

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