Libertad para mí es hacer las cosas que me gustan, sin limitaciones por motivos de edad ni de género. Es divertirse y disfrutar de lo que se hace.
Romper las reglas humanas, porque hemos canalizado normas no significa que hagamos daño. Por ejemplo, cuando a uno le dicen no comas porque esto te engorda, es que hemos canalizado las reglas. Y cuando salimos de ese esquema, incluso, llegamos a sentir culpabilidad. Yo hago lo que me hace sentir bien y punto.
Con esto no quiero decir que voy a robar, matar o faltar el respeto a las personas, pero sí puedo hacer lo que me gusta.
Cuando diseño lo hago sin límites. Por eso es que me gusta tanto trabajar con el adobe, porque es un material que me da libertad de construir como yo quiero.
A veces los clientes me coartan la libertad de diseñar, especialmente, por la parte económica. Pero siempre existen soluciones.
La libertad de expresión de un artista se refleja en la parte creativa. En consecuencia, es la sección más vulnerable por la diferencia de gustos que hay entre los clientes y el arquitecto.