La Virgen de Guadalupe visitará el Centro de Quito

Ana Martínez,  Luis Ávila y Michelle Oquendo. Foto: EL COMERCIO

Ana Martínez, Luis Ávila y Michelle Oquendo. Foto: EL COMERCIO

La imagen reliquia de Nuestra Señora de Guadalupe presidirá desde mañana a las 17 advocaciones marianas de los países de Latinoamérica y de El Caribe. La Capilla del Inmaculado Corazón de María, ubicada en la Basílica del Voto Nacional, se engalanará para recibirla. El cuadro, que mide 1,70 m de alto por 1,30 m de ancho, es una donación de la Basílica de Guadalupe, en México.

Para acogerla, se han preparado tres actos religiosos que se desarrollarán mañana. A las 09:00 está prevista la misa del Tedéum en la iglesia de La Merced. Participarán las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, principalmente.

Desde las 10:00 se iniciará la procesión que llevará a la imagen hasta la Basílica. El recorrido será de 10 cuadras por las calles del Centro Histórico, desde la calle Cuenca hasta la Carchi. Se espera la participación de entre 4 000 y 5 000 personas.

A las 12:00 se efectuará la ceremonia de entronización de la imagen, es decir, la imagen será colocada en su trono, preparado en la capilla del Inmaculado Corazón de María. Para que todos los fieles puedan ver el programa, se instalarán tres pantallas gigantes.

La salud del  hijo mejoró

Ana Martínez
Madre de familia y devota

‘Siempre le encomiendo mi familia a la Virgen’

Cuando mi último hijo nació su estado de salud no era muy bueno. En ese tiempo yo no era devota de la Virgen. El tiempo pasó y mientras Pablito crecía, sus problemas de salud eran más graves. Cuando tenía cinco años le detectaron un tumor  de seis libras en su pequeño estómago, tuvieron que operarle.

Yo trabajaba, y quien cuidaba de él era su abuela paterna. Ella, quien falleció el pasado junio, era muy devota de la Virgen. Cuando yo regresaba, en la noche, ellos veían la serie ‘La Rosa de Guadalupe’ y al final   rezaban.

Pablito, a su corta edad, me pidió que le compre una estampita o una imagen de la Virgencita, y así lo hice. Desde entonces, él le reza con constancia todas las noches.
   
Un día antes de que le operen nos pidió a mi esposo y a mí que hagamos una oración frente a la imagen de la Virgen. Nos sorprendimos con su inmensa fe y pusimos en manos de la santa su salud.  La operación fue un éxito y en cuestión de semanas, Pablito se sintió mejor, regresó a la escuela y volvió a jugar.

Hace tres meses le detectaron otro tumor. Le hicimos unos exámenes. El doctor dijo que hay que saber si es maligno y si crecía al igual que el anterior. Cuando mi hijo escuchó eso, no se asustó. Llegó a la casa y, nuevamente, le pidió a la Virgen por su salud y, en efecto, volvimos al médico y después de recibir los resultados de los exámenes   nos informaron que el quiste no era malo y que, con un debido tratamiento no crecerá.
 
Ahora, Pablito tiene 9 años y lleva una vida normal, sin rezagos de su operación. De la puerta de su habitación cuelga una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. Todas las mañanas se despierta, la saluda, le pide que nos cuide y  que nos vaya bien en los trabajos.

Mi hijo es un milagro de la Virgen. Él nos presentó a la santa  y ella nos lo cuida todos los días. Si una familia tiene fe, tiene todo.

La descendiente esperada llegó

Luis Ávila
Devoto y director de la Casa del Artista

 ‘Todo es posible cuando se tiene fe’

 Hace 30 años viajé a México, Distrito Federal. El  tour incluyó la visita a la Basílica. Ver la devoción con la cual la gente llegaba hasta la iglesia marcó mi vida. Compré un cuadro de la Virgen, y al llegar a Quito construí, en el patio de mi casa, un altar para la madre santa.

Después de tres años, mi esposa se embarazó de nuestro cuarto hijo. Una noche, ella tenía un sangrado, fuimos al médico y el ginecólogo planificó un aborto para el siguiente día. Al llegar a la casa, prendí las luces de la gruta,  me encomendé a su misericordia, cerré los ojos, junté mis manos y dije una oración.

Recuerdo que ese día cayó un fuerte aguacero sobre el Centro Histórico de la ciudad.  La fuerza de la lluvia golpeaba el techo, incluso, algunas gotas ingresaron  por medio del  tejado. Cuando se escuchó unos truenos, sentí la presencia de la Virgen.  Me dijo que no le lleve a mi esposa al doctor. Dijo que ella sanaría y así fue. Al siguiente día, mi mujer se sintió mejor y  después de seis meses nació mi hija Ana Guadalupe, en honor a la Virgencita.
 
Ella fue la primera mujer en mi familia, pues por parte de mi padre solo tuve tíos y mis padres nuca tuvieron una hija. De igual manera, mis hermanos. En ese tiempo yo tenía tres hijos. Creíamos que nunca iba a nacer una mujercita en nuestra familia, sin embargo,  la milagrosa  Virgen de Guadalupe envió un ángel a nuestra familia.
  
Mi hija Ana Guadalupe también fue bendecida. Ella tiene dos hijas gemelas: Tatiana Guadalupe y Gabriela Guadalupe. Mis nietas, a sus 15 años, son artistas. Ellas cantan y bailan.

Todos los 12 de diciembre, mi familia, amigos y los artistas nacionales llegan hasta esta casa para darle una serenata a la patrona de México y del Ecuador. Hace dos  años le compuse una canción para darle gracias por todos los beneficios recibidos.

La  cura de un cáncer fue posible

Michelle Oquendo
Periodista

‘Ella me encontró y direccionó mi vida’

En el 2008 viajé a México para realizar una entrevista a la cantante fallecida Chavela Vargas. Durante mi estadía, y junto a un grupo de amigas decidimos conocer la Basílica del Distrito Federal. Cuando ingresamos sentí una fuerte energía que abrigaba mi cuerpo, mientras caminábamos vi reflejada la imagen de la Virgen en el piso de mármol de una sala de la iglesia.
  
Les comenté a mis compañeros, pero nadie más vio. Ese día sentí que ella me encontró y me dio una señal para que le  encomiende mi vida personal y profesional. Mientras realizábamos el recorrido, nos enteramos que a  una muy buena amiga de Quito, que sufría de cáncer, tuvo una fuerte recaída y que los médicos la habían desahuciado.
 
Con el grupo que fuimos, ingresamos hasta donde está la imagen y realizamos una oración para pedir por la salud de mi amiga; poco tiempo después ella mejoró. Desde entonces, acepté a la Virgen en mi vida y dejé que entre en mi corazón.

No me considero una persona fanáticamente religiosa, no estoy acostumbrada a ir a misa todos los domingos, sin embargo, todas las mañanas me encomiendo a ella. Entendí que los milagros son reales, en verdad existen. No es algo que ves en la televisión o te lo cuentan. Es cierto, cuando te dicen que la fe mueve montañas.

Considero que la esencia de un milagro está en pensar en los demás. Cuando tú pides por la salud o el bienestar de alguien más y lo haces de corazón, se cumple.

A las personas nos hace falta hacerle caso a esas pequeñas señales que trata de darnos la vida o Dios y la Virgen.

La semana pasada, mientras caminaba por la ciudad me encontré en el piso una estampita de la Virgen de Guadalupe, la recogí y ahora la llevo siempre en mi billetera, sé que es una señal que me ayuda para poder reafirmar mi fe y mi esperanza.

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