En Quito, la vigencia de la nueva Ley de Tránsito no alteró el trabajo operativo de la Policía. A las 08:15 de ayer, el tránsito era lento por la calle Venezuela, en el Centro Histórico. Los autos que avanzaban de sur a norte llenaban las tres cuadras entre las calles Ambato y Bolívar. En la esquina de las calles Venezuela y Rocafuerte había un semáforo y dos policías que regulaban el tránsito. Ninguno de los uniformados quiso identificarse.
Con un movimiento lateral de las manos y la ayuda de un silbato, uno de los gendarmes hacía avanzar a los conductores hacia el norte. En las horas pico, el objetivo es evitar que las vías se saturen.
En las horas de menos tránsito, los uniformados están más pendientes de las contravenciones. Hasta las 08:40, ninguno de los dos policías había emitido una contravención.
El endurecimiento de las sanciones, que es parte de las reformas, tampoco sorprendió a Leonidas Narváez, taxista. Él calificó como positivos los cambios. En el primer día de vigencia no recibió ninguna citación. La última fue hace ocho días, por invadir el carril del contraflujo en el centro.
Con la vigencia de la nueva Ley, el control en las vías lo realizará un grupo de agentes civiles de Tránsito, que reemplazará a los 4 028 policías de Tránsito que hay en todo el país. Por ahora, la Policía Nacional seguirá a cargo.
Narváez está acostumbrado a obedecer las órdenes de los policías y criticó la disposición que establece que el control estará a cargo de agentes civiles. Eduardo Tapia, otro conductor, dijo que la presencia de un policía en el control del tránsito impone respeto.
En el Distrito hay 1 300 policías que se distribuyen las tareas administrativas y operativas del tránsito. Carlos Páez, secretario de Movilidad del Cabildo, explicó que había problemas de coordinación entre la planificación del Municipio y la ejecución del control por parte de la Policía.
Para superar ese problema, en noviembre del año pasado se firmó un convenio de cooperación y gestión delegada entre el Municipio, la Policía, la Comisión Nacional de Tránsito y el Ministerio del Interior. Ahí se estableció la creación de un Comando Interinstitucional, presidido por el Cabildo. Los miembros del Comando se reúnen dos veces por semana. El propósito es unificar las acciones operativas de la Policía con las políticas locales.
El Cabildo acordó con la Policía y el Ministerio del Interior la asignación de 1 300 agentes de tránsito operativos. Actualmente, este número varía entre 900 y 1 000. También se registraron problemas logísticos.
Ninguno de los dos policías que dirigían el tránsito en la Venezuela y Montúfar tenía un PDA (Asistente Personal Digital, por sus siglas en inglés). Para llenar las cuatro papeletas de una citación a mano, se demoran hasta seis minutos. Tampoco tenían radios. Para comunicarse con sus superiores o pedir asistencia en caso de emergencia deben hacerlo por teléfono celular.
En febrero se inició la acreditación del grupo policial. Hasta el pasado lunes, 240 fueron capacitados. Páez aseguró que este grupo de uniformados se dedicará exclusivamente al control del tránsito, hasta que el Cabildo asuma por completo la competencia. No descartó la posibilidad de que la Policía Nacional continúe.
Pero Ricardo Antón, director de la Comisión Nacional de Tránsito, explicó que la transferencia de competencias y la incorporación de agentes civiles al control es obligatoria en las ciudades.
La reforma a la Ley de Tránsito delega el control a los agentes civiles municipales (en cada jurisdicción) y a los vigilantes de la Comisión de Tránsito del Ecuador (en carreteras y vías troncales).
La Dirección Nacional de Tránsito desaparecerá y el personal será transferido a otras unidades.
Antón explicó que los 1 300 policías que se capacitan en Quito solo podrían ejercer el control hasta que termine el proceso de traspaso de competencias y se reclute y se capacite al nuevo grupo de agentes civiles.
La formación de estos agentes será competencia exclusiva de la Agencia de Control del Tránsito, que reemplazará a la actual Comisión Nacional. “Ningún alcalde estará a cargo de la preparación de esos agentes”.
La capacitación durará aproximadamente ocho meses. Luego, cada grupo de agentes recibirá instrucción sobre leyes y ordenanzas locales.
Luis Álvarez manejó ayer su vehículo sin percatarse de que ya regía la nueva Ley. En su opinión hace falta difusión sobre los cambios en las sanciones.
1 300 policías de Tránsito trabajan actualmente en tareas administrativas y operativas de control en el Distrito.
2 patios de retención vehicular, en el sector de la Mena Dos y en Calderón, operan actualmente en Quito.
3 centros de retención provisional para conductores con una capacidad para 157 personas funcionan en la capital.