El 31 de marzo del 2017 parte del puente que servía como conexión vial entre La Armenia y la autopista General Rumiñahui se vino abajo. Foto: Paúl Rivas / EL COMERCIO
Al menos tres meses más deberán esperar los vecinos del sector de La Armenia, ubicada en el oriente de Quito, para que se habilite la circulación vehicular por la calle Huasipungo y Charles Darwin. Así lo anunció el Gerente de Estudios y Fiscalización de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), Alex Rivera.
El 31 de marzo del 2017 parte del puente que servía como conexión vial entre el barrio y la autopista General Rumiñahui se vino abajo. Desde esa fecha, los moradores del sector se han visto afectados, pues los tiempos de movilidad se han incrementado considerablemente.
Andrea Arteaga habita en el sector desde hace cinco años y comenta que salir de su vivienda hacia la Autopista no le tomaba más de 10 minutos; pero, ahora debe salir con al menos 40 minutos de antelación.
Según los vecinos, son más de 20 000 personas que habitan en el sector y que están a la expectativa de que se entregue lo más pronto posible la solución vial.
La pregunta que se hacen muchos de los moradores es ¿por qué las autoridades municipales se han tardado tanto (cerca de un año) para dar una solución?
Rivera explica que desde que se produjo la caída del puente se iniciaron los trabajos, pero recalca que el primer paso era realizar un estudio de la cuenca hidrográfica (aproximadamente 20 hectáreas), para conocer las causas que produjeron el desplome del puente.
“Con ese estudio identificamos que existía un cambio brusco en el cauce natural del río y por ello se generaron socavones y se produjo el debilitamiento de los taludes laterales. Lo primero que se debía hacer era construir un colector”, explicó el funcionario.
La construcción del colector finalizó durante los últimos días de febrero.
Una vez que el río ha retomado su cauce, la Epmmop trabajará en el retiro del tablero del puente que quedó, de las capas de asfalto que están en las aproximaciones y del material inadecuado que se estaba arrojando en la quebrada.
Finalmente se realizará un relleno estructural desde el fondo de la quebrada hasta el nivel de la vía, la cual contará con dos carriles de circulación y veredas para los peatones.
Todo esto, según Rivera, estaría listo para finales del primer semestre del 2018. Ante esto, los vecinos señalaron que estarán atentos para que se cumpla con la entrega oportuna.