El sector de Turubamba, en el sur, se asienta sobre acuíferos y un suelo pantanoso, conocido como turba. Esta es la principal causa de los daños registrados en varias casas del vecindario, desde hace un año. Eso se concluye de los estudios geológico, geotécnico e hidrológico que realizó el Municipio y los presentó a los vecinos en la noche del miércoles.
Los estudios estaban a cargo de las empresas consultoras Geoconsult e Hidrogeocol y se aplicaron en la manzana B, por el sector del Registro Civil. Allí, 240 casas fueron inspeccionadas y divididas en siete categorías, según las afectaciones.
En el informe se detalló que los terrenos estaban conformados por vertientes de agua y lagunas.
Estos eran solo de uso agrícola, hasta que hace 30 años empezó la construcción de viviendas, por parte del ex Banco de la Vivienda y propietarios particulares.
Hans Webster, técnico del Municipio, explicó que el suelo de Turubamba está conformado de turba desde la superficie hasta unos 20 m de profundidad. Bajo este nivel hay cangagua, un suelo resistente.
La turba no soporta una carga mayor de casas de dos pisos. Sin embargo, en la zona hay viviendas de hasta cuatro plantas, con lo cual se determinó que no se respetaron los planos registrados en el Municipio.
Además, la mayoría de edificaciones no tienen cimentaciones diseñadas técnicamente para este tipo de suelo y se emplearon materiales de baja calidad.
Los cerca de 200 vecinos que acudieron a la presentación del informe insistieron en que los daños en las casas aparecieron hace un año con la construcción del colector del proyecto de descontaminación del río Machángara, que realizó la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps).
Mónica Cabascango es una de las primeras moradoras del sector y rechazó la parte del informe que afirmaba que las fisuras en las casas son desde hace seis años.
Othón Zevallos, gerente de la Epmaps, enfatizó que el estudio demuestra que no hay una relación directa entre la construcción y las fisuras en las casas. Dijo que el colector se construyó bajo la cangagua y que no se han evidenciado deformaciones que pudieran afectar a las viviendas.
En el estudio sobre la estructura de las casas, Daniel Torres, jefe de Seguridad de la Administración Zonal Eloy Alfaro, indicó que 240 casas fueron examinadas, de las cuales 193 registran afectaciones en sus estructuras. Cinco deben ser derrocadas. La recomendación del estudio para los propietarios de los inmuebles que tienen fisuras, es la inyección de hormigo en paredes y cimientos.
Carlos Pallasco no está de acuerdo con derrocar su casa de tres pisos. La construyó hace 30 años y allí viven seis familias. Dijo que la ayuda del Municipio “no le alcanzará ni para los cimientos”.
Las paredes están bastante cuarteadas, los vidrios trizados y la puerta principal ya no se cierra.
Lourdes Rodríguez, secretaria de Seguridad y Gobernabilidad, dijo que se hará un estudio similar para intervenir en las manzanas A y C que no se incluyeron en el análisis. Pero aclaró que los vecinos deberán esperan entre dos y tres meses, porque hay que seguir el proceso de contratación.
Para Fanny Fernández y Magdalena Núñez no hay la atención urgente que se requiere. Ellas tienen sus casas en el pasaje S26E, de la manzana C, uno de los más afectados. La casa de Fernández tiene una abertura de casi un metro de ancho, en la división con la casa de su vecina. “Esperan que haya una desgracia para actuar”.
Mariana Andrade compró hace un año la casa, pidió un crédito y paga USD 700 al mes. Su vivienda soporta el peso de la estructura de la casa de su vecino Eduardo Alarcón, que está inclinada. En ambas edificaciones hay fisuras en las paredes.
Los acuerdos
Con el primer grupo se establecerá un cronograma de reuniones. Los propietarios de las 13 casas más afectadas se reunirán el miércoles, en la Secretaría de Seguridad, a las 09:00.
La Secretaría de Seguridad se comprometió a gestionar recursos en el Ministerio de Vivienda para conseguir el bono de hasta USD 12 000, que se otorgan para estos casos.
La Epmaps se encargará de las inyecciones y mejoramiento del suelo. También del arreglo del alcantarillado.