Martes, 10:02. El bus tipo 1 380 de la cooperativa Alborada, conducido por Amílcar Cadena, se detiene en la esquina de las avs. 12 de Octubre y Tarqui. Los agentes Fabián Quishpe y Víctor Arteaga lo abordan.
Quishpe viste un par de mocasines cafés, un jean azul y una camiseta a rayas. Lleva en su espalda una maleta. Arteaga luce zapatillas, un jean azul y una camiseta blanca. Él lleva una mochila. Desde hace un mes, estos dos policías se quitaron el uniforme para vigilar la conducta de los choferes de los buses.
fakeFCKRemoveEllos se capacitaron en procedimientos, leyes y reglamentos, en las oficinas de la Dirección Nacional de Tránsito. El teniente Luis Silva, jefe de la Unidad Informática, explica que el fin es mejorar la conducta de los transportistas y la seguridad vial. El control se realiza de manera aleatoria.
En la unidad 1 380 hay asientos vacíos. Quishpe y Arteaga se acomodan en la parte trasera. Desde ahí observan con relativa facilidad las contravenciones.
El conductor avanza a una velocidad moderada por la av. 12 de Octubre. En siete ocasiones se detiene para recoger y dejar pasajeros en lugares prohibidos.
Esto es una contravención leve de tercera clase, sancionada con USD 36 y 4,5 puntos menos en la licencia de conducir. Quishpe toma nota en una libreta.
A la altura de la Plaza Artigas, el chofer se percata que otra unidad está cerca. Aumenta la velocidad. En el carril izquierdo, frente al semáforo de las calles Coruña y Orellana hay una fila de carros que espera la luz verde para girar a la izquierda. El conductor del bus toma el carril derecho. En una rápida maniobra aprovecha que no hay autos en el carril contrario para cruzar la vía, aún con el semáforo en rojo.
Los agentes se percatan de esa nueva infracción, pero deciden esperar. Quishpe va contabilizando el número de infracciones. La unidad avanza rápido por la av. 6 de Diciembre. El conductor sigue deteniendo su bus en lugares prohibidos. En la av. De los Shyris y Eloy Alfaro, un despachador le avisa el tiempo que lleva detrás del bus más cercano. El chofer acelera y en la esquina de las avs. De los Shyris y República de El Salvador decide pasarse el semáforo en rojo. Es una contravención grave de primera clase.
Quishpe y Arteaga se levantan, se acercan a la cabina y se presentan como policías ante el chofer. Quishpe le enseña la libreta y le hace notar las 14 contravenciones que cometió en apenas 31 minutos. En 12 ocasiones se detuvo en sitios prohibidos y en dos se pasó el semáforo en rojo. Le piden la matrícula y la licencia. El chofer frunce el ceño y pregunta por qué.
El ayudante de la unidad, Fernando Laje, se baja del bus, los agentes descienden y Laje les entrega los documentos. El chofer arranca el vehículo y se va. Arteaga ingresa el número de la licencia en el PDA (Asistente Digital Personal, por sus siglas en inglés). En la pantalla aparece el historial del conductor. Amílcar Cadena solo tiene 4,5 puntos de 30 en su licencia. Además, debe USD 3 946,88, por 133 contravenciones acumuladas.
De las 14 infracciones cometidas ese día, los agentes sancionan la última y más grave. Laje reconoce el error de su compañero y argumenta que la presión del tiempo les obliga a corretear con otras unidades: “La responsabilidad también es de los pasajeros, quienes reclaman cuando el chofer no se detiene en el sitio que ellos quieren”.
Mientras se imprime la boleta de citación, otro bus de la cooperativa Alborada, uno de la Metrotrans y otro de Águila Dorada pasan velozmente por la av. De los Shyris. Laje exige a los agentes que el control se aplique a todos por igual. Silva explica que no se puede poner un policía en cada bus. El objetivo del plan piloto no es imponer sanciones, sino generar una cultura preventiva entre los choferes.
Si recibiera sanciones por la última contravención, Cadena perdería su licencia de conducir. Tendría que pagar USD 72 y le restarían 6 puntos a su licencia.
En la base de datos de la Policía tiene otras 23 contravenciones pendientes de sanción que le restarían 111 puntos más a su licencia. Quishpe y Arteaga cruzan a pie el parque de La Carolina. En la av. Amazonas abordan el bus tipo 746 de la cooperativa Catar. Pagan el pasaje y reinician su labor.