Una fila extensa de personas copaba ayer la acera oriental de la av. Teniente Hugo Ortiz, en el sur.
La hilera avanzaba desde la Escuela de Formación y Perfeccionamiento de Bomberos hasta el redondel de El Calzado y giraba por la calles San Luis y Quevedo.
18 597 jóvenes, entre 18 y 26 años, pugnan por uno de los 50 cupos disponibles para pertenecer al Cuerpo de Bomberos.
Es la primera vez que la demanda de aspirantes supera las expectativas. Según Esteban Cárdenas, director de la Escuela de Formación y Perfeccionamiento, el promedio por cada convocatoria era de entre 200 y 300 personas. La mayor demanda que tuvieron hasta ahora fue en el 2005, con 700 interesados.
La aglomeración en las puertas de la Escuela de Formación se debía a que desde ayer se empezó a receptar la documentación de quienes se preinscribieron la semana pasada. Este proceso se extenderá hasta el 30 de abril.
La recepción de las carpetas se realizará de acuerdo con un calendario establecido por códigos, que se entregó en la inscripción.
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Se atenderá a 2 000 personas cada día. Los aspirantes vestían ropa formal, como era el requisito, y llevaban los documentos en dos carpetas rojas.
Jonathan Samaniego, de 24 años, llegó a las 08:00. Para él es una oportunidad de conseguir un trabajo estable. Se graduó de tecnólogo mecánico hace un año y solo ha tenido trabajos temporales. Desde hace un mes no ha conseguido otro trabajo.
En Quito, 34 664 personas de entre 18 y 35 años no tienen trabajo fijo y 257 256 están subempleadas, según el último censo.
Para Cárdenas, este tema incide en la alta demanda registrada.
“La mayoría busca estabilidad laboral. Buscan trabajar para financiar sus estudios. Aquí se les brinda esa oportunidad”.
Los bomberos se acogen a la Ley de Servicio Público, quienes ingresen a la entidad tendrán el rango de servidor 7 y percibirán un salario mensual de USD 817.
Washington Tayupanta acompañaba a su hijo Geovanni y su sobrino Jairo Anacleto, ambos de 22 años. Los jóvenes tampoco tienen un empleo fijo, son tecnólogos en mecánica. “Estamos pendientes de la primera oportunidad que hay en una entidad pública, porque allí tendrán un sueldo seguro”, comentó.
Daniel Castillo, de 22 años, vivió tres en España. Cuando se enteró de la convocatoria, en marzo pasado, regresó para postularse. A él le impulsa su vocación de servicio y ayuda a la comunidad.
A Cristian Tenelema, de 19 años, le gusta la vida militar y de servicio. No aprobó en la Escuela de Soldados y quiere intentar ser un bombero. “Es una entidad pública con buenos réditos económicos, donde me puedo formar”.
Maritza Tuctagómez, de 22 años, llegó a las 05:00 desde Pelileo (Tungurahua), ella trabaja en una cabina telefónica. Su aspiración es mejorar sus ingresos económicos y tener una profesión.
Mishel Rodríguez, de 18 años, estudia el primer semestre de Auditoria. Ella paga sus estudios, trabaja a medio tiempo en un ‘call center’. “Es una oportunidad laboral, con un sueldo seguro, estable, afiliación al Seguro Social”.
Las largas filas desaparecieron al mediodía, en 20 mesas se despacharon a todas las personas que tenían el turno ayer.
Luego de la recepción de carpetas vendrá los exámenes físicos y académicos.
Cárdenas dijo que en los próximos días se informará si los cupos se incrementarán. En el Distrito hay 600 bomberos activos.
Testimonios
Ana Fernández, de 23 años
Aspirante
‘Quiero servir a los demás y a la vez tener un trabajo estable’
A mí me inspira ayudar a las personas. He sido voluntaria en la Cruz Roja en Otavalo, donde vivía. Entonces, conozco de cerca el trabajo que realizan los organismos de socorro en las inundaciones, deslaves o emergencias médicas. Eso me motiva a ser parte de uno de ellos. Uno de mis instructores es bombero y quiero ser como él.
A la par de ayudar a salvar vidas, quiero tener un trabajo estable y una entidad como esta me brinda esa oportunidad. Ahora conseguir un empleo es difícil, así uno tenga títulos. Yo tengo trabajos temporales.
Santiago Padilla, 24 años
Aspirante
‘La estabilidad económica y laboral me impulsa a ser bombero’
La estabilidad económica y laboral me motiva a ingresar a esta institución. Desde hace dos años trabajo solo por contratos, nada fijo. Eso me genera incertidumbre. Además, desde niño siempre quise ser bombero, jugaba con mis hermanos y tenía juguetes de ellos. Reconozco que no me he preparado físicamente, pero creo que no es tarde para hacerlo.
Ahora, los jóvenes buscamos oportunidades de empleo y de surgir profesionalmente , espero ser uno de los seleccionados. Hay pocos cupos para tantos aspirantes.